
Palabra cumplida
La lucha de la mujer por obtener sus derechos de votación y de tomar decisiones comenzó en el mundo hace varios siglos. En México, las primeras manifestaciones de ello se dieron entre 1884 y 1887, cuando una revista escrita exclusivamente para mujeres demandó el voto femenino, también durante la Revolución Mexicana, muchas mujeres simpatizantes del movimiento de Francisco Ignacio Madero González (presidente de México 1911 a 1913) exigieron, sin obtener resultados, su derecho a votar en los comicios políticos.
Ahora bien, en el año de 1937 el presidente Lázaro Cárdenas del Rio (1934-1940) solicitó a la Cámara de Senadores la iniciativa para reformar el artículo 34 constitucional para que las mujeres obtuvieran la ciudadanía. En 1938 la reforma fue aprobada por los senadores y por la mayoría de los estados. El 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa propuesta por el expresidente mexicano Miguel Alemán Valdés (1946-1952) en la que se modificaba el artículo 115 constitucional para que las mujeres participaran en las elecciones municipales en igualdad de condiciones que los hombres, con el derecho al voto y a ser elegidas. La ley entró en vigor el 12 de febrero de 1947.
Con la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la ONU se inicia una nueva época marcada por el desarrollo de una serie de instrumentos internacionales de protección de los derechos humanos, así como por cambios constitucionales y normativos a nivel nacional para el reconocimiento pleno de los derechos que tienen las personas por el hecho de serlo. Sin embargo, para las mujeres, la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos no significó automáticamente el reconocimiento pleno de sus derechos. En muchos países, incluido México, cuando se aprobó la Declaración en 1948, las mujeres no eran consideradas ciudadanas plenas ya que no podían votar, trabajar o tener acceso a propiedades si eran solteras.
En ese orden de ideas, el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, como hoy lo conocemos, ha sido producto de la lucha por la reivindicación de la ciudadanía plena de las mujeres, este reconocimiento, históricamente ha pasado por varios momentos, comenzado por la exigencia de la igualdad formal en términos del derecho a votar y ser votadas hasta la exigencia de una igualdad sustantiva (de resultados) en el ejercicio de los derechos políticos en todos los espacios de toma de decisiones. En México, los esfuerzos en materia de participación política de las mujeres han encontrado paulatinamente expresión en un sólido andamiaje normativo y en acciones concretas que pretenden impactar positivamente en la erradicación de la discriminación y el logro de la igualdad sustantiva en la participación política de las mujeres a todos los niveles.
En un discurso que dio como candidato el 6 de abril de 1952 en el parque 18 de marzo de la Ciudad de México, Tomás Adolfo Ruiz Cortines se comprometió ante las 20 mil mujeres asistentes a que “si el voto nos favorece en los próximos comicios, nos proponemos iniciar ante las Cámaras las reformas legales necesarias para que la mujer disfrute los mismos derechos políticos del hombre”
Ya como presidente, Ruiz Cortines envío su iniciativa el 9 de diciembre de 1952; misma que fue aprobada inmediatamente y por unanimidad por el Congreso de la Unión. El 17 de octubre de 1953, el presidente Ruiz Cortines cumplió su promesa y promulgó las reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en las elecciones federales. Ese mismo día se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma del artículo 34 constitucional:
El derecho al voto de la mujer en México comenzó el 12 de febrero de 1947, con la publicación en el Diario Oficial de la Federación del Decreto de adición al artículo 115 para permitirles la participación como votantes y como candidatas, quedando establecido que: “En las elecciones municipales participarán las mujeres, en igualdad de condición que los varones, con el derecho de votar y ser votadas”.
Estimado lector en este breve recorrido histórico, nos damos cuenta que la palabra dada, debe ser una palabra cumplida como lo hicieron los políticos de aquella época. Gracias por leerme y comentar.
Tal vez te puede interesar Diputado José Luis Sánchez González pide a la presidente Claudia Sheinbaum reciba a las madres y padres de desaparecidos