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Fiesta Mágica

Fiesta Mágica
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¿Y quién es usted?
Por: José Ruíz Mercado
Entre libros te vieras como el gran viaje en ferrocarril. Observas por la ventana
para atravesar cerros y montañas. La fiesta mágica de la grandeza del
pensamiento. Como tal, un escaparate en donde la clase política desea aparecer
en la foto.
Fiesta entre los pasillos. Fuera de ellos. Causa de muchos eventos. Incluyendo
una anti-FIL tan característica de una ciudad en donde los triunfos del vecino son
aprovechados en beneficio propio. Al fin de cuentas todo es parte de la fiesta.
Más de veinte años hace de la aparición de la primera. Todo con sus
antecedentes, sus propuestas, sus baches, sus anécdotas. Una feria en donde se
le dio vida comercial, cultural, se le adjudicó otra vista a la monotonía urbana.
Con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a esa ciudad provinciana,
amante de copiar lo ajeno, ganó una cara, una propuesta, una actividad antes no
vivida.
Toda fiesta tiene sus pasillos, unos llenos de luz, otros, en sombras, grises, la
oscuridad de quienes no entienden, o sencillamente, se esconden tras las
máscaras ideológicas. Los libros son caros y debieran regalarse, rezan en la
motivación de la pobreza ¿Cuánto gana un autor por su trabajo?
Las anécdotas a lo largo mayor a los veinte años bien merecen un libro aparte;
desde el gran baile de los grupos en contingencia por el poder, los cuales siempre
se dejan ver en la inauguración, los microfoneros a lo largo de la jornada, desde
los grupos religiosos hasta los políticos con su lema identificatorio del pare de
sufrir.
A mi tía Chuchita le gusta asistir. Es el único momento en donde se siente
intelectual o casi retratándose con los del momento. Tiene una excelente colección
al lado de Carlos Fuentes, Monsiváis, Elena Poniatowska, Ernesto Cardenal y
ninguna conmigo ¿Para qué si todos los días me ve?
Esto me hace recordar una anécdota. Hace años se hizo una carta en donde se
pedía que se les diera un espacio a los autores locales. Inmediatamente los
amigos de la tía salieron a la defensa de los foráneos. Así es esta ciudad.
Más de veinte años. Momento para ver a los amigos lejanos (y a los no tan
lejanos) A los que, sólo vemos en este tiempo a pesar de vivir en la misma ciudad,
pero no en el mismo barrio, colonia o suburbio.
Veinte y más de andanzas con sus historias. Ya no veré, por ejemplo, a Tomás
Urusástegui, ni a Eusebio Ruvalcaba, ya se fueron, así, sin despedirse como
suelen hacer los que se mueren.
Cada año son algunos quienes vienen a presentar libros. Escribir un libro no es
tarea de todos los días. Pasan por muchas manos, son fruto del esfuerzo en
conjunto de muchas horas de trabajo socialmente coordinado. Se dice, que
cuando pagamos por un libro sólo lo hacemos por el valor de la edición.
La Feria Internacional del Libro es la fiesta de las publicaciones. De quienes
están al cargo de esos objetos de la identidad de un pueblo y su cultura. La fiesta
en donde se dan cita los protagonistas del momento.
Este sábado a las siete en el C-11 Enrique Posada presenta su obra más
reciente Ciudad en la Isla, y a las ocho Livier Ortega, en ese espacio, hará lo
propio con sus aventuras para niños.
Todo un evento. Dos presentaciones en el C-11. La temática central nos lleva
a revisar las leyendas, la cultura emanada de ´la lo geográfico, un desierto se
convertirá en dunas, en cuevas de arena, en grandes trampas secas, areniscas,
asfixiantes. Las leyendas selváticas nos ofrecen oscuridad, líneas solares, verdes
oscuros enredaderas. Asfixiantes. Y qué decir de los espacios agua requieren de
un fragmento de tierra, una isla con sus cuevas, otro tipo diferente a lo desértico.
Nacen los mitos, las religiones.
La oralidad es la iniciante congregatoria de los individuos, de una comunidad, la
cual responde a ciertas conductas emanadas de la relación con el entorno, los
miedos y los hallazgos.
La literalidad es una respuesta, una lectura a los mitos, los colectivos, la
respuesta de la socialización para convertirla en un mirar individual y en ese mirar
regresarla a otro núcleo de la población deseosa de un encuentro estético a partir
de la palabra con su posibilidad de construcciones. Nace el autor.
Podemos mencionar temáticas y autores, pero nos quedaríamos sin ese elemento
que los vuelve únicos. La personalidad autoral, la percepción onírica, las lecturas,
los encuentros.
La ciudad es una isla aparece como marginalidad. Los límites posibles.
Entonces requiero de tener un libro que me resuelva las dudas. Ese objeto del
saber aún desconozco su ubicación. Nace el primer enigma.
Toda leyenda tiene un objeto que lo descifre. Algo con lo cual me voy a
encontrar, o debiera de hacerlo para descifrar el camino a seguir. Y, si quiero
hacerlo, llegará hasta la profundidad, a las grutas donde habita el causante.
Luego sabre si el causante ha estado por siempre ahí. Haré entonces ese viaje a
lo desconocido, donde habita el guardián, el gran sapo, el habitante del fango, por
lo tanto, no es un ser con múltiples cabezas, ni el camino tiene un color específico.
El autor, Enrique Posada Carrillo, logra generar una tensión en esta historia, en
La Ciudad de la Isla. Nos conduce, en suspenso, por diversas etapas, nos permite
ser parte de los habitantes de la historia.
Y Livier Ortega, es una niña mágica caminadora de historias, Vamos a iniciar con
una gran ventana al país de lo imaginado. Mejor aún, vamos a caminar entre el
verde pasto, los grandes amigos con quienes nos podemos encontrar.
Por un camino una niña se entera de muchos universos. Mundos felices cuando
uno desea ser feliz. Más, esa felicidad habrá que cuidarla ¡Qué no se pierda! Nos
dicen en quienes ya han llegado a ese jardín.
Ese jardín es grande. Si tú lo quieres así. Pero es necesario cuidarlo. Para
hacerlo se necesita estar en un trabajo conjunto. Sólo no se puede. Todo en
colectividad.
Por supuesto. Hay quien no desee responsabilizarse. Me pregunto si es una
decisión personal, entonces, lo mejor es su ausencia. Si es así, ya no es colectivo,
y es una pena.
Livier, así se llama quien escribió esas historias del jardín tan grande como un
bosque, o un bosque tan pleno de luz, color, de flores contenido, digo, así, como lo
quieras ver.
Bueno, ya decía, Livier es el nombre de quien nos abre la ventana hoy a ese
país imaginado, en donde todos toman una acción, una responsabilidad con su
espacio, como es necesario hacerlo: Tú, yo, los que habitamos este jardín.
Ah, porque, has de saber, la ventana hoy abierta por Livier Ortega, ya te había
comentado que su nombre es Livier, pero no habíamos dicho nada de su apellido,
la ventana es una vista hacia el mundo de la imaginación.
El mundo de la imaginación tiene muchas, bastantes ventanas para asomarse,
admirar todo lo encontrable, y así encontrarle los juegos, las peripecias miles de
estructuras creadas en la mente.
El mundo de la imaginación con sus múltiples ventanas tiene una sola puerta.
Puede estar en una de esas ventanas, escondida entre el pasto, o bajo una flor,
ahí, cubierta.
Livier nos puede ayudar a encontrarla. Nos falta seguirla a través de las
aventuras que ella nos narra.
Ah, dije al inicio de una niña descubriendo muchos universos. Si ella es Livier.
Obsérvala, que no se pierda. Ya verás como será una aventura con lo inolvidable.
Este sábado en ese espacio mágico que es la FIL.

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