Observando
Patricia Alvarado
Violencia familiar
Guadalajara, Jalisco. Según el Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal (CNPJE) del 2021, en el rubro de violencia familiar registró la segunda mayor frecuencia en 2020, solo después del robo. Además, fue el único delito que presentó un aumento de 5.3% entre 2019 y 2020, mismo que podría atribuirse al periodo de confinamiento por COVID-19 durante 2020, ya que las mujeres y niñez, al permanecer más tiempo en sus hogares con otros miembros de su familia, se encontraron más expuestas a la violencia por parte de sus agresores.
La violencia familiar es un síndrome social que acontece en todos los países del mundo, es una violencia cuyas características son el uso intencionado y repetido de la fuerza física, psicológica, sexual o económico para controlar, manipular o atentar en contra de algún integrante del ámbito familiar.
El aumento de la violencia en la familia ha ido incrementándose por las condiciones de vida de las familias, el hacinamiento, la falta de empleo, aumento en la canasta básica, inseguridad, migración, crisis humanitarias contribuyen a que la violencia se dispare.
En las familias por ejemplo según la UNICEF la violencia contra los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe corren el riesgo de sufrir violencia en el hogar, revela que casi 2 de 3 niños, niñas y adolescentes de edades entre 1 y 14 años, experimentan disciplina violenta en el hogar, que va desde el castigo físico, agresión psicológica, abuso sexual, y homicidio.
Youssouf Abdel-Jelif director regional de la UNICEF comentó: “es terrible que la mayoría de los niños, niñas, y adolescentes de América Latina y el Caribe estén expuestos a la violencia desde su nacimiento, y a menudo, por las personas en las que más confían: sus padres, cuidadores, compañeros y vecinos”.
Cabe resaltar que la violencia familiar con respecto a la niñez y adolescencia se recrudece, pues según el Informe de la UNICEF, revela que los niños tienen más probabilidades de morir por homicidio y las niñas son especialmente vulnerables a la violencia sexual después de los 10 años.
Las personas adultas mayores recurren a la violencia porque es lo único que regularmente conocen y han experimentado, romper el ciclo viene a ser todo un reto necesario para poner fin a la violencia familiar.
La UNICEF propone líneas y alternativas para que los gobiernos implementen y coadyuven para bajar el índice de violencia familiar en los niños, niñas y adolescentes:
Como por ejemplo:
- Invertir en programas para prevenir la violencia, incluyendo programas de crianza positiva que proporcionen a los cuidadores el apoyo y los recursos que necesitan.
- Poner en marcha intervenciones de cambio social y de comportamiento para abordar la normalización de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes.
- Reforzar la capacidad del personal de los servicios sociales para prevenir, reconocer y responder a la violencia contra los niños, niñas y adolescentes.
- Fortalecer la recopilación de datos sobre la violencia contra los niños, niñas y adolescentes, utilizando medidas estándar, para llenar los vacíos de datos sobre diferentes cuestiones, como la violencia sexual en la infancia.
Si todas las personas nos unimos para contrarrestar el síndrome de la violencia familiar especialmente en la niñez y adolescencia estaremos dando un paso en la protección de los derechos humanos de la Infancia.
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