GENERALIDADES
Complicada valentía
La valentía está asociada al valor, una persona es valiente cuando actúa con decisión y firmeza haciendo frente a sus miedos, inquietudes y dudas. En la presente edición, este vocablo de la valentía, la enfocare al divorcio.
El divorcio, es una decisión judicial que disuelve el vínculo matrimonial y deja a los que fueron cónyuges en aptitud de contraer otro; pero, implica la pérdida de los derechos sucesorios entre los cónyuges, así como de las obligaciones derivadas directamente del matrimonio. No afecta a las obligaciones de los cónyuges para con sus hijos puesto que las mismas surgen de la relación de parentesco y no de la existencia de la unión matrimonial. Puede ser solicitado por ambos cónyuges o por uno de ellos.
A menudo los divorcios ocurren cuando dos personas están casadas y ya no quieren seguir casadas entre sí o no quieren vivir más juntas, entonces, se ponen de acuerdo para firmar documentos legales que los convierten otra vez en solteros. A veces, ambos padres quieren divorciarse, pero en otros casos, solo uno de ellos quiere hacerlo.
No es fácil para dos personas decidir terminar con un matrimonio, sucede que pasan mucho tiempo intentando resolver sus problemas antes de divorciarse, pero, en algunos casos, no lo logran y la mejor opción es la separación, cuando ocurren cambios en la familia, pueden aparecer muchas emociones, pero conseguir más información sobre los divorcios puede, aparentemente, hacer que resulte más sencillo afrontarlo.
¿Porque el matrimonio prefiere el divorcio?, caben muchas interrogantes, por ejemplo: no dejan de pelear y sienten que ya no pueden vivir más juntos; el amor que sentían cuando se casaron cambió; uno de los padres se enamora de otra persona; uno de los padres tiene un problema grave, como la bebida y maltrato o bien, deciden separarse aun cuando no haya ocurrido nada malo.
En otro orden de ideas, sin importar cuales sean las razones de un divorcio, una cosa es segura: los niños no causan un divorcio. La decisión de los padres de separarse se debe a problemas entre ellos, no a algo que su hijo haya hecho o dejado de hacer, en ocasiones, algunos niños creen que, si se hubiesen portado mejor, hubiesen obtenido mejores calificaciones o ayudado más en casa, el divorcio no habría ocurrido. Es normal sentirse así y preocuparse por lo que pasó, pero no es su culpa.
Es probable que, si los padres se están divorciando, sientan muchas emociones fuertes; muchos niños no quieren que sus padres se separen.
Algunos niños tienen sentimientos encontrados si saben que sus padres ya no son felices estando juntos, es común que se sientan estresados, enojados, frustrados o tristes. Es posible que alguno de los hijos, ante esa confusión en el hogar, se incline a proteger a uno de tus padres o culpar al otro, ya que tal vez se sienta solo, asustado, preocupado o culpable, también es normal que se sientan aliviados, especialmente si había mucha tensión o peleas en el hogar o puede haber cambios positivos cuando muchos niños descubren que sus padres están más contentos después del divorcio y se llevan mejor entre ellos.
Finalmente, el divorcio puede tener consecuencias psicológicas como depresión, ansiedad, tristeza, soledad, culpa, vergüenza, miedo y rabia, estos sentimientos pueden durar meses o años ya que, el divorcio es una situación difícil por la que atraviesa la pareja y sus hijos; la afectación emocional contribuye a desórdenes conductuales y estados depresivos que quebrantan el normal desarrollo en la vida de los hijos; más aún cuando son pequeños, por lo tanto conllevan al estudio de múltiples variables comportamientos de los protagonistas en este trance familiar.
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