¿Y Quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado
Hace ya algunos años un maestro me dijo: Los libros no se rayan, no se prestan,
se regalan. Luego me dio toda una cátedra de sus afirmaciones categóricas. Otro
maestro me afirmó. Los libros se rayan, se comentan, se abren para leerse.
Las anotaciones de un personaje en sus libros son otra forma de estudio, de
entrar al seguimiento de su obra. Qué leía cuando escribió esa obra que hoy nos
fascina y nos tiene a la espera, me decía otro maestro, de los que proponen las
notas.
La verdad, de los tres me quedo con el primero. Su versión se me hace más
convincente. Su versión era así: Cuando lees un libro tienes una idea del mundo,
cuando lo lees, si este te enriquece, cuestiona, abre otro panorama. De no ser así,
a la segunda lectura te das cuenta. Ese no es para ti. Entonces regálalo, cámbialo,
pero no lo almacenes.
Si los rayas, cuando lo vuelvas a leer, te va a desviar lo anterior. Si lo prestas,
de seguro vas a limitar al segundo lector tanto como lo hiciste contigo. Además de
que no sabes como regresará. Mejor regálalo.
Ingéniate, haz una libreta con esas hojas que no usas para hacer tus apuntes.
Tendrás una excelente manera de continuar cuando reciclas. Y si quieres saber el
pensamiento de uno de los grandes, pídele permiso de entrar a su templo.
Los objetos se vuelven personales. Caminan con toda la seguridad por ser tan
propios. Hace tiempo leí un libro, digamos, de esos libros que te atrapan, pero,
son tan complejos que no los terminas.
Una y otra vez. La lectura siempre inicia. Un libro con quinientas dieciséis
páginas con una autora consciente de sus lectores. ” Esta investigación se ofrece
como obra que puede consultarse en partes”
La fecha de edición corresponde a mayo de 1991; la editorial UNAM, la autora
María Rosa Palazón: Reflexiones Sobre Estética a Partir de André Breton. Fue su
tesis de doctorado en Filosofía. Su asesor: Adolfo Sánchez Vázquez.
Todo anota una cualidad en los contenidos. Continuo en su lectura. Cada vez
me ofrece un panorama diferente. André Breton jamás escribió de Estética, fue el
iniciador de un movimiento, sin embargo, partió de una metodología sin
proponérselo.
Palazón escribe en su exposición de motivos cuando se refiere al por qué
escogió a Breton: “como él era un artista, su obra me brindó la oportunidad de
confrontar su hipótesis, las mías y las de terceras personas con su praxis […] el
juicio del gusto no se debe sólo a la intuición que existe la pertinencia creativa y de
las interpretaciones, y que los textos literarios son portadores de símbolos
psicoanalíticos. “
La idea de Breton parte del hecho de el como la escritura y dibujos ofrecen
imágenes estupefacientes, así como una belleza convulsiva. Entramos al territorio
de la similitud de las artes. Dibujos, movimiento, danza, cine, escultura. Toda una
gama simbólica.
Comentaba con Ernesto Martínez acerca de los lenguajes y su afinidad entre la
música y la danza. Una se une a la otra. El sonido, al ser físico, requiere de un
espacio, la danza igual. Ambos son movimiento.
Ernesto por varios años ha participado en la composición de música para la
danza, se ha inmiscuido en este hacer de lo cotidiano un universo simbólico. La
prueba más cercana está en su obra para Malinche, una identidad rota, de Efraín
Franco, la entrada musical es una imagen que nos remite al universo.
Escribe María Rosa Palazón “su ambición fue que sus obras atraparan los
sueños, los delirios o las fantasías en curso” Así de efectivo. La obra, el autor, nos
ofrece ese universo interno.