Patricia Alvarado
Observando
“Lo esencial es invisible al Estado”
La violencia contra las mujeres no para
Guadalajara, Jalisco. Hace días despertó la sociedad jalisciense con la noticia del asesinato de dos mujeres madre e hija, presuntamente a manos de la pareja de la más joven, este hecho se suscitó en el poblado de Poncitlán, Jalisco, donde también se dice que varias personas sospechaban de la violencia que vivía la joven y cuando ésta se había decidido a denunciar por violencia acudiendo a la agencia del Ministerio Público de ese lugar ahí llegó el hombre agresor y las asesino.
Es patético que en las propias instalaciones donde las mujeres debieran sentirse seguras a estas les quiten la vida, esto habla del estado de indefensión que viven las mujeres, niñas y adolescentes ante un estado que carece de las mínimas medidas de protección cuando las mujeres van a denunciar.
La violencia familiar es una de las violencias más atroces que existen en contra de las mujeres, niñas y adolescentes; actos criminales que son producidos por un agresor al acecho de la víctima día y noche, dentro de un contexto de desequilibrio de poder que atentan contra los derechos de la víctima, dañando su integridad física, psicológica, económica, patrimonial, reproductiva y sexual, incluyendo aquello que dolosamente se ejerce en contra de la persona con la que se haya constituido en sociedad en convivencia o que hagan vida en común.
En la dinámica familiar, la interacción de las personas en las familias desintegradas puede derivar en actos de violencia y frecuentemente con índice más alto contra las mujeres, niñas y adolescentes. Desde el tratamiento de la “ley del hielo” que es el silencio pasivo-agresivo disfuncional y manipulador de comunicarse y que es utilizado por narcisistas, seres antisociales, psicópatas y sociópatas, hasta los golpes físicos que vulneran la vida.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia la cual busca “prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus modalidades, creando las condiciones para su bienestar, desarrollo integral y plena participación, conforme a los principios de igualdad jurídica ( entre la mujer y el hombre), respeto a la dignidad humana, no discriminación y libertad”, pareciera obsoleta ya que los actos abusivos de poder, violencia y omisión intencional siguen perdurando en las vidas de las mujeres.
El estado tiene la obligación de garantizar a las mujeres su seguridad y el ejercicio pleno de sus derechos no obstante actualmente está rebasado y no tiene la capacidad de asegurar la seguridad de las mujeres mexicanas, casos emblemáticos de lo anterior es también el caso de Luz Raquel en Jalisco y el caso de la saxofonista María Elena Ríos en Oaxaca y así pudiéramos enumerar infinidad de casos en donde la justicia brilla por su ausencia y la impunidad y corrupción es lo que impone en la sociedad.
Es pertinente hacer un alto y revaluar las leyes y comportamientos que dañan, violentan y quitan vidas. No hay castigo que pueda devolver la vida integra y digna de las mujeres que han sido asesinadas, dañadas, afectadas por la violencia machista.
La vida de las mujeres está por encima de todo, por ello es menester protegerla y cuidarla, así como la de todas las personas.
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