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Ausentes de la Revolución

Ausentes de la Revolución
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¿Y quién es Usted?
Por José Ruíz Mercado
Faltan unos días para la fecha oficial de inicio del movimiento pauta de la caída
de un dictador. Los acontecimientos se dan, tienen sus pautas, sus descalabros,
sus ganas de no llegar a lo último e irremediable.
En el contexto internacional las luchas por la hegemonía entre las potencias
estaban, ya desde finales del XIX, la relación se volvió álgida. Los grandes
descubrimientos, los procesos en el conocimiento de la biología tambalearon las
hegemonías eclesiásticas, la locomotora permitió los grandes procesos
económicos al permitir el transporte de la mercancía.
Pero no fue sólo la mercancía, las redes ferroviarias abrió con mayor fuerza el
fenómeno migratorio, la mano de obra barata, el rompimiento con las estructuras
familiares, lo que se llamó en algunas esferas, el trabajo amarillo.
Finales del Siglo XIX, Estados Unidos completaba el tendido de las vías del
ferrocarril. Ya no le servían los trabajadores chinos. Porfirio Díaz, cuyo parentesco
con otro Díaz de nombre Gustavo, les hizo el trabajo sucio a los vecinos del norte
y se trajo a los chinos, algunos ya radicados, principalmente en California. Un
negocio redondo, vivían cerca y ejercía la política del buen vecino. Paz y
Progreso.
Buen muchacho Don Porfirio. Los chinos tuvieron trabajo mientras tendían las
vías, luego venía el fin de la aventura, no sin antes lanzar diatribas contra los
asiáticos, para, posteriormente, enviar el ejército y mandarlos expulsados del país.
Algunos lograron quedarse, transformaron su nombre y apellido.
Fue mucha la violencia ejercida. Existe una investigación de Humberto Monteón
[De Chinos y Antichinos] en donde se documenta de esta persecución,
principalmente en los Estados de Sonora y Sinaloa. El gobierno chino negocia con
el mexicano, en un tratado de “buena voluntad” obsequia el Reloj Chino que se
encuentra actualmente en la Ciudad de México.
Se habla de la Revolución Mexicana como la batalla por ferrocarril. Se escribe
de la entrada de villistas y carrancistas por estas vías. Grandes epopeyas de la
lucha y los lideres, retomamos, los caudillos.
La historia oficial de México la conocemos como un grandioso cuento de
aventuras en donde los buenos aparecen como los puros, a quienes, su hacer y
pensamiento es digno de ejemplo. Todo se da de la nada, y de la nada crece.
La Revolución Industrial estuvo presente. Las obras de teatro mencionaban este
hecho. El conflicto obrero patronal, la lucha entre la máquina y el obrero fue un
tema recurrente, el cual continúa a la fecha.
El movimiento estridentista enarboló la visión de lo industrial. Manuel Maples
Arce, Germán Liszt Arzubide abrieron los senderos más fuertes, fueron los
pioneros en la poesía y el teatro. Los estridentistas participan en la pintura, ejercen
una estética de cambio.
Pero no es sólo esto, la Revolución industrial hace necesario el trabajo de los
sindicatos, incluyendo el trabajo intelectual, y surgen los sindicatos de maestros,
artistas y otros. La Liga de Escritores y Artistas Revolucionaros (LEAR) es un
ejemplo.
En Inglaterra se da el primer movimiento femenino de las sufragistas, las
muertes de las mujeres al exigir sus derechos labores en Estados Unidos, la lucha
por el sufragio en México, que duró un tiempo (la vergüenza) para hacerse
efectivo. Los años de 1953.
¿Y qué decir de otro sector olvidado? Los pueblos originarios. El estudio de sus
culturas, sus apuestas legales, la tenencia de la tierra. Pelearon en ese
movimiento del cual no lograron grandes frutos. Los grandes ausentes.

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