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Teatro de Octubre

Teatro de Octubre
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¿Y quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado
No sólo es la temática la particularidad. Digamos, ni siquiera el estilo. Va más allá de lo teatral. Va, hacia esa peculiaridad del Estado Mexicano, lo que la clase política deseara: Un estilo personal de gobernar, como aquel histórico libro de Cosío Villegas.
Y si a libros vamos, sencillamente revisemos la novela de Martín Luis Guzmán, o la obra cumbre de Rodolfo Usigli. Adentrémonos en un estudio metodológico con mayor complejidad: Teatro de la Revolución Mexicana: Intelectuales, Mártires y Caudillos, de Tomás Chacón Rivera.
Chacón Rivera entra a ese oscuro de la historia de México, ese oscuro ahí presente, pero, de tan presente, pareciera ausente en la estructura de los hegemónicos del poder.
El caudillo observa un protagonismo, sólo él es el bueno, provocador de crímenes y ultrajes. La tortura, la represión, el autoritarismo y la prepotencia son parte de la conducta. Al ser el bueno, cualquier acción es válida.
Existe una conducta maniquea, la cual, en el fondo trae una visión teológica. Al caudillo se le adjudica, precisamente por provenir de un individuo, posibilidades de hacer fuera de su alcance.
El punto débil, el talón de Aquiles, la forma más fácil, para el contrario, de echar abajo la máscara del poder. La falla o la prueba de la nimiedad de la política en México.
“La conformación de la moderna nación mexicana en el siglo XX empieza a gestarse después de 1924 -escribe Chacón Rivera- Del inicio de la revuelta revolucionaria a la constitución de 1917, el sentido de nación es inestable y se dan avances y retrocesos”.
Otro punto anotado por Tomás Chacón Rivera es el hecho de que la consigna de los partícipes en la lucha no implica un cambio social, sino, simple y llanamente, quitar al dictador. Entonces la consigna es quitar a Díaz, y luego a Huerta.
¿Hasta dónde los movimientos latinoamericanos continuaron con este esquema de sustituir a uno por otro? ¿Hasta dónde la conciencia de clase, identidad, ha estado presente? ¿Hasta dónde la lucha, aunque sea simbólica, no ha sido quitar a uno para imponer al otro?
Una más, si, siguiendo a Chacón, la nación mexicana empieza a gestarse después de 1924, la crisis religiosa de 1929 vino a ser, la replica del sismo, o una consecuencia de la economía mundial.
¿Qué fue la guerra cristera? ¿Problema agrario y por lo tanto falla en los resultados de la Revolución? ¿Maniobra de la ultraderecha? Faltan estudios de este periodo de la historia de México. Poco material se tiene en el terreno literario. Algo de teatro, alguna novela, cuento, pero, nuevamente, la falla en la investigación, la gran ausencia.   
La crisis del petróleo, los dramaturgos de ese momento, Juan Bustillo de Oro, Mauricio Magdaleno. El cine, la epopeya de la Revolución, y luego, los movimientos obreros, la lucha de los sindicatos, la educación popular, las normales rurales, los grandes apartados de 1958. El caudillismo sigue vigente. La educación sigue en la esfera positivista. Paz, progreso y patriarcado, la consigna. Salvemos la nación de los invasores.
Sólo un caudillo será el salvador, porque él vela por su pueblo. Por la moral y las buenas costumbres. Todo lo que atente contra esto debe ser prohibido. La semilla de la maldad puede prosperar.
La consecuencia: El movimiento del 68. El cuestionamiento a las dictaduras. No es quitar al malo para imponer al bueno. Dialogo para ponernos de acuerdo. Prohibido prohibir.
1968 es el parteaguas, la apertura al pensamiento. La inteligencia contra la barbarie. El cuestionar la autoridad es la consigna que, por lo menos, trajo una apertura de conciencia. No fue un cambio de gobierno, porque su consigna jamás fue esta. Se iniciaba la búsqueda.
Aquí nacen los movimientos ecologistas, el respeto a la diversidad sexual, el cuestionamiento al patriarcado, a la estructura familiar, al estudio de las culturas primigenias, al naturismo, a mirar la vida como un poema, una canción, un derecho.
Esto molestó al caudillo un 2 de octubre para imponer su patriarcado. Las anécdotas hacen su aparición. Con el caudillo no se puede negociar. Entonces, En Español se dice abismo.
La poesía no se hizo esperar. Una generación irrumpe con fuerza, da respuesta a la barbarie. El caudillo no se disculpa. Al contrario. Responde como un padre ebrio, golpeador. Lo hice por el bien común, dice el patriarca.
Las heridas. El resentimiento. Los autores dan respuesta. La nomina es grande: Pilar Campesino, Miguel González Gómez, Ignacio Betancourt, Miguel Ángel Tenorio, Ricardo Pérez Quitt, Felipe Galván.
El teatro de octubre vino a responder con inteligencia el canto de la especie, encuentro con la salvedad del hecho. Octubre Terminó Hace Tiempo, la obra de Pilar Campesino vino a ser un canto de esperanza ante la crisis de pareja cuestionadora del patriarcado.
En Español se dice Abismo es ese mirar a la circunstancia familiar. Pero, más concreto: 68 Las Heridas y los Recuerdos lleva la reflexión implícita de ya no más caudillos. Ambas obras son de Miguel Ángel Tenorio.
Siglo XX mexicano. Siglo de encuentros y desencuentros. De historias contadas, calladas con miradas de nunca más. Con la posibilidad de ser salvadas mientras una figura charla entre la urbe.

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