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Si Hablamos de Música

Si Hablamos de Música
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¿Y quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado

Los títulos especializados en música son pocos. El consumo de ella aumenta las expectativas. Su conocimiento mínimo. Aun así, cada uno se acerca como mejor puede.

   Dentro de la sociología del consumo, la creencia popular afirma la edad del escucha a partir de los gustos. Esa es de tus tiempos, escuchamos decir. La otra, esa es para los jóvenes. Incluso, solemos escuchar: Para viejitos.

   En una sociedad cerrada, los gustos del consumo también infieren grupo social, preferencia religiosa, política, étnica. La relación se deshumaniza más, cuando nos olvidamos del autor.

   Ahí no queda. Hablamos de una función específica: Para bailar, orar, meditar, acompañar una noche, para enfatizar las acciones de un filme. Habrá momentos en donde al escuchar algunas notas nos lleva a una escena.

   Hablar de música. Mejor debiéramos decir, comprometerse con la ella. Dada la experiencia de escuchar, de entender la unidad, un buen álbum es aquel en dónde existe un camino, la consistencia de aclarar propuestas.

    Hace unos años se hizo el juego de los mejores álbumes mejor diseñados. Cada uno de quienes participaron, deberían decir mínimo de uno, y pasar el reto a otro. El resultado iba bien hasta que llegó a un comunicador. Este dijo, a mi me gusta una canción y la escucho, de lo demás, no entiendo.

   El asunto no debería pasar a mayores. El conflicto se dio cuando, quien esto opinó, era el encargado de la programación de una radiodifusora.

   Y continuemos. No toda el habla responde a la estructura de “canción” ¿Dónde entonces queda una balada? La necesidad de la memoria histórica, las raíces étnicas.

   Pero no todo queda ahí ¿Qué tal cuando se anuncia a un autor del barroco como clásico? Cuando todo lo contenido con un buen requinto eléctrico ya se le llama rock o algo peor.

   No deseo meterme de purista. Cada pieza musical tiene lo propio. Tiene su especial tesitura, su alma, su espiritualidad. Pero, no confundamos lo narrativo con lo estructural fonético.

   Lo anecdótico es que, al músico se le venera, tiene un lugar en la sociedad, elemento con el cual trasgrede la hipótesis del artista del hambre. Muy a pesar de los intereses de los grupos hegemónicos.

   Luego vienen los pocos analistas, los teóricos a ubicar sociedad en toda la extensión (quien hace y quien consume) Se agradece a los trabajadores del bisturí cultural, aquellos que, buscan las raíces mismas.

   Entre paréntesis ¿Por qué se les da mayor crédito a los teóricos de la pintura y a los otros no? ¿Por qué se les llama “artista plástico” y no “artista musical” “artista literario”? ¿Seguimos viviendo en el Renacimiento?

   Acaba de pasar la Feria Municipal del Libro. Todo pompa, todo fiesta. Pasear por los pasillos de esta me trajo ese sentimiento de ausencia. Sólo un libro teórico, pero, de los pasados autores, de los grandes que le dieron nombre a esa fiesta, nada.

   ¿Será entonces que estamos en el paso al olvido? ¿Quién de los iniciadores de esa fiesta continua en la continuidad de los siglos?

   Muchas ocasiones se ha comentado alrededor de la obra de los grandes, del conocimiento de una sola pieza contra más de veinte desconocidas. Ya tenemos un diccionario de músicos. Pero a faltan muchos.

   ¿Por qué unas cuantas mujeres? ¿Dónde está la obra de José Francisco Vásquez Cano, músico nacido en Arandas, con una cantidad de óperas, y piezas para sinfónica?

   Se agradece a los teóricos que nos acercan a la historia, a la sociedad misma. Se agradece a quienes se atreven a ofrecer una identidad.

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