Para que se entere
Blanca Nieves Palacios Barreda
No son pocos los mexicanos, periodistas o ciudadanos que, haciendo honor aquella frase de: “La palabra se hizo para decir la verdad” han perdido la vida, lo que poco a poco ha venido inhibiendo la intención de hablar, de hacer críticas y/o señalamientos a autoridades en turno, que, abusando de su poder cometen los peores delitos en contra de la ciudadanía.
No es consuelo pensar que, en otros muchos países del mundo ocurre algo similar, y es lamentable, aunque comprensible la autocensura, que se aplica a fin de, no solo “no meterse en problemas”, sino en un peligro real de perder la vida, tal como ha ocurrido con muchos periodistas, colegas y compañeros, siendo el más reciente caso de Fredy López Arévalos, periodista chiapaneco, por ser critico a un gobierno autoritario y represor.
La transición en México de un gobierno popular, desplazando o intentando hacerlo, a un gobierno neoliberal, iniciado en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), cuya tesis principal era privatizar todos los bienes y riquezas del país en manos de personas privadas, tanto nacionales como extranjeras, condujo a enriquecer enormemente a grupos reducidos de mexicanos y a empobrecer a la gran mayoría de ciudadanos de este país.
Eso ha provocado la irritación de la clase oligárquica, que no ha sabido respetar la decisión del pueblo manifestado en las urnas y, lucha por todos los medios para destituir de su cargo como presidente a, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a pesar de haber sido electo en un democrático proceso electoral en 1988, con el respaldo de más de 30 millones de votantes.
Sería el propio presidente electo AMLO, quien llamara a su gobierno como: “la 4ta. Transformación”; y la esperanzadora confianza de los mexicanos se cifraba en que: “por el bien de todos, primero los pobres”, así lo prometió el presidente electo, AMLO.
Para terminar con el neoliberalismo que, de manera recurrente en sus conferencias mañaneras nos lo recuerda, debería haber iniciado su mandado con el proceso de estatización y rescate de: minas, Bancos, Carreteras; aguas; playas; Energía Eléctrica; petróleo, ¡ya! y, a tres años de su mandato llevar aventajado este proceso y tener como defensor de este que, sin duda provocará una gran lucha con los millonarios propietarios hoy, por hoy de nuestro país, al Ejército Mexicano, aplicando estrictamente lo que una de las estrofas de nuestro Himno Nacional nos dice: “más si osara un extraño enemigo profanar con sus plantas mi suelo, piensa o patria querida que el cielo un soldado en cada hijo te dio”.
Esa es la verdadera labor que el Ejército Mexicano debe de desarrollar y, no traer a los militares como personajes de escenas de bailables, festejando fechas históricas, en las que se gastan cientos de millones de pesos, además de las millonadas que se pagan a las televisoras por trasmitirlas, al no poder acudir a presenciarlos la ciudadanía por la pandemia y de paso ensalzar la figura presidencial.
En esta 4ta.a Transformación, no se debe de dar el “gatopardismo”, que es lo que mucho ha dañado a nuestro país; mostrar el gran poder del Ejército a través de desfiles conmemorativos, igualmente de fechas históricas, son mensajes subliminales que se nos presentan para atemorizar a una ciudadanía indefensa ante la presentación de las mortíferas armas que esta institución posee para, “defender a la patria”, y ver por “la seguridad de sus habitantes”; en tanto los ciudadanos no contamos ni con una sola arma, so peligro de ser encarcelados.
No será el mismo pensamiento ni temor el que los miembros de los diversos cárteles delincuenciales sienten, pues al decir de los conocedores, poseen armamento similar a los usados por el Ejército Mexicano; tendremos pues que, acostumbrarnos a que, la inseguridad, la violencia, los asesinatos y desapariciones, nos acompañaran siempre, y en nuestro país, sin ser declarado, ni decretado, el Ejército Nacional es quien detenta, el Primer Poder, y los otros 3… se les someten.
bnpb146@hotmail.com