Cuando se habla de tortas ahogadas en Guadalajara, un nombre que resuena con fuerza es el de “Don José el de la Bicicleta”. No solo es conocida por su sabor inigualable, sino también por la rica historia que la rodea. Desde 1960, este icónico establecimiento ha conquistado el paladar y el corazón de los tapatíos, convirtiéndose en un símbolo de la cultura jalisciense.
La historia de Tortas Ahogadas “Don José el de la Bicicleta” comienza de manera humilde. Don José, armado solo con su bicicleta, recorría las calles de la Calzada Independencia, vendiendo sus tortas ahogadas. En aquellos tiempos, las servía en papel estraza, una tradición que con el tiempo evolucionó, pasando a servirse en bolsa, una opción más práctica para sus fieles clientes. Con su característico silbido, anunciaba su llegada a las empresas de la zona, donde los trabajadores ya esperaban ansiosos para disfrutar de su delicioso platillo.
Lo que hace especial a estas tortas ahogadas es la salsa cruda, un secreto bien guardado que le otorga ese toque único y distintivo. Es esta combinación de sabor auténtico y tradición lo que ha permitido a Tortas Ahogadas “Don José el de la Bicicleta” mantenerse como un referente en Guadalajara durante más de seis décadas.
Hoy en día, este legendario negocio cuenta con cinco sucursales en la ciudad: Nicolás Régules, Gante, 5 de Febrero, y Mexicaltzingo, siendo esta última la más antigua y testigo de la evolución de una tradición que sigue viva y presente en cada mordida.
Si buscas la mejor torta ahogada de Guadalajara, “Don José el de la Bicicleta” es una parada obligada, donde no solo disfrutarás de un exquisito platillo, sino que también te sumergirás en una historia que ha perdurado a lo largo del tiempo, honrando las raíces y el sabor auténtico de Jalisco.