Hablando entre amigos
Javier Orozco Alvarado*
Ni abrazos ni balazos
El pasado domingo 2 de octubre Plaza Andares, en Zapopan, volvió a ser testigo de otra balacera entre las fuerzas del orden y la delincuencia organizada.
Y es que es la segunda vez que este sitio es testigo de enfrentamientos armados, después que el 10 de febrero de 2021 hubo otro enfrentamiento con motivo del atentado contra Manu Vaquitas, uno de los supuestos artífices del homicidio del ex gobernador Aristóteles Sandoval.
Desafortunadamente, la delincuencia sigue imparable y se hace presente en cualquier lugar, sin respeto a la vida del ciudadano común, de las familias, mujeres, niños o cualquier persona que se encuentre en el lugar de los hechos.
Esta plaza se ha convertido en una de las más expuestas a la inseguridad porque se ha vuelto el lugar de encuentro y desencuentro entre narco políticos, narcotraficantes y empresarios que se dedican al lavado de dinero.
De hecho, según MVS Noticias, el Tesoro de EU revela que 8 de cada 10 negocios para el lavado de dinero se concentran en Jalisco; pues según la fuente, de las 136 empresas que lavaron dinero para los cárteles en la última década, 106 lo hicieron en Jalisco, principalmente en Guadalajara y Zapopan.
La realidad es que el crimen organizado se desplaza como Pedro por su casa, pues en cada enfrentamiento ni las policías municipales ni estatales se hacen presentes hasta que concluyen las balaceras. Muchos fuimos testigos en el lugar de los hechos que quien enfrentó a los delincuentes fue el ejército y la Guardia Nacional, quienes por coincidencia circulaban por la zona.
Lamentablemente la gente no entiende que los senadores del PRI, PAN y MC, que se oponen a la integración de la Guardia Nacional a la SEDENA y a la ampliación de la permanencia del ejército en labores de seguridad hasta 2028; son los senadores que representan a los gobiernos y las entidades en donde el crimen organizado tiene secuestrado al Estado y sus gobernantes.
Es natural que estos narco gobiernos de oposición y sus representantes en el Senado de la República se inclinen por un control civil de la seguridad porque, hasta ahora, no han hecho nada por mantener el orden y la seguridad de la población civil; porque las policías municipales y estatales operan más como cómplices de la delincuencia que en favor de la seguridad ciudadana.
A pesar de que la oposición está en contra de la intervención del ejército en labores de seguridad y en favor de las policías estatales y municipales para evitar la militarización; el hecho es que en Jalisco, por ejemplo, el incremento en el gasto de Seguridad Pública para 2022 fue de 10.7% respecto a 2021, mientras que a nivel federal fue de 26.5%.
La realidad es que la oposición sigue en contra de la estrategia de abrazos no balazos; pero tampoco acepta la intervención del ejército en las labores de seguridad para poner orden en los estados donde gobernaba o gobierna aun la oposición.
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