Blanca Nieves Palacios Barreda
Los vividores
Podríamos aceptar los ciudadanos que, quienes se ostentan como políticos y que ocupan diversos cargos por décadas, son personajes con amplia capacidad académica, un gran sentido humanitario, con una honestidad a prueba de duda y un sentido de vocación de servicio incuestionable.
Todos estos personajes al ser entrevistados con recurrencia sacan a relucir que; han sido Diputados en 3 ocasiones; 2 períodos como Senadores, que han ocupado tales y cuales Secretarías de Estado, que han sido Gobernadores y una larga lista de puestos que han desempeñado desde temprana edad.
Los políticos de oficio, presumen estos cargos como un currículo excepcional e impecable; los ciudadanos lo vemos como unos verdaderos vividores que, han vivido del erario público (nuestros impuestos) haciendo cuanta triquiñuela se les antoja sin que les sea aplicada la ley, por sus enriquecimientos ilícitos, aunque si explicables.
Tras la Revolución de 1910 e instauración del mecanismo de elección “popular” para elegir Presidente de la República; Gobernadores; Presidentes Municipales; Diputados y Senadores, se dieron hasta asesinatos para nulificar al contrincante.
En la actualidad, tras algunas reformas al sistema de elección, quedó establecido, mediante una “apertura democrática” el derecho de los ciudadanos (siempre los mismos) de registrarse como partidos políticos, con derecho a recibir, “prerrogativas” (cuyo sinónimo es: privilegio, regalía, beneficio, favor, distinción, concesión) esto es, millones de pesos para el sostenimiento y mantenimiento de los mismos, tanto en tiempo de elecciones como en tiempos normales.
En función de esta apertura llegamos a tener hasta 11 partidos registrados a nivel federal y otros tantos a nivel estatal, mismos que se han convertido en verdaderos negocios familiares y de compadrazgos; las cantidades que se otorgan a los partidos son insultantes, ante tanta pobreza existente y tan bajos salarios que se pagan a los trabajadores que se desempeñan en cualquier área laboral, además de la pérdida de varias de los derechos conquistados, como es el caso de la jubilación, lo que no ocurre con quienes a “políticos” se dedican, como se puede apreciar en el presente cuadro.
Ante la actualmente discutida Reforma Electoral, misma que no es del conocimiento de la gran mayoría de los ciudadanos, pero si de amplio conocimiento lo dicho por nuestros “Representantes Populares”, diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido de Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), que no aprobarían ninguna Iniciativa de Ley enviado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ni la de Energía, ni la Electoral, muchos cuestionamientos surgen.
Si en ningún momento nuestro “Representantes”, nos han consultados, si votan o no votan, ¿con qué derecho toman decisiones ignorando a quienes les pagamos sus voluminosos salarios y prestaciones?; ¿cuándo han recorrido sus distritos para preguntarnos que tipo de Reforma Electoral queremos los ciudadanos mexicanos?;
¿Olvidan nuestros “representantes” que ahí en el Congreso de la Unión lo que deber prevalecer justamente – valga la redundancia – es la unión, y no querer hacer lo que beneficiaria solo a sus dirigentes?
Los mandamos a esa Institución, representativa del poder legislativo, para ejercer una verdadera democracia en beneficio de toda la sociedad y no para que aumenten sus riquezas de manera fraudulenta e ilícita y se protejan con el repudiado, “fuero constitucional” de ir a parar a la cárcel como viles ladrones.
Como mandato ciudadano, exigimos sea contemplada en las Reformas a la Ley Electoral lo siguiente:
1.- No se permitan las alianzas entre partidos políticos;
2.- Se retiren las prerrogativas y esas organizaciones políticas sean mantenidas con sus propios recursos;
3.- Desaparezca el fuero constitucional;
4.-No sea permitido la designación de ningún gobernador, secretario de estado, presidente municipal, ministro, o funcionario de alto rango, durante un tiempo razonable.
Que la voz de los mexicanos sea escuchada y puesta en práctica sus propuestas, eso es democracia; de lo contrario seguirá prevaleciendo el “gato pardismo” por décadas padecido que significa: corrupción, mentira, engaño, autoritarismo, represión, violencia, inseguridad e impunidad y los delincuentes de “cuello blanco” intocables y, adiós, 4ta. Transformación.
@blanca palacios
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