Generalidades
José Roque Albín Huerta*
Para que enojarse
Respetar las diferencias ya sean de política, raza, cultura, religión o incluso deporte, no solamente es importante en un mundo cada vez más globalizado, sino que prepara a los niños para ser solidarios, a valorar y aprender de otros, a ser tolerantes y respetuosos y a evitar que tomen decisiones basadas en prejuicios y estereotipos.
Las diferencias de opinión siempre son saludables y, si se producen en el marco de un sano intercambio de respeto, pueden resultar altamente positivas para ambas partes, la resolución de conflictos convencional, la empatía y el ponerse en los zapatos del otro muchas veces se transforman en un excelente manual de meras buenas intenciones, porque en la práctica, desde las fuerzas políticas opositoras hasta los ciudadanos polarizan y se apropian de sus opiniones como si fuese el último bastión disponible.
Es importante recordar que no hay verdades absolutas: siempre hay puntos de vista diferentes prácticamente sobre todas las cosas, de tal manera que, se debe tener la habilidad de observar sin más, esta es una muy buena fórmula de evitar peleas y decisiones que pueden terminar mal en el entorno familiar, social, laboral y de amistad.
El enojo se da de forma inmediata y anula la parte más lógica y congruente del cerebro para incrementar la actividad cardiovascular y respiratoria, es una reacción que tiene el sistema nervioso central para manifestarse, estar en contra, evadir algún tipo de molestia y obtener algún beneficio, de hecho, llevado a cabo adecuadamente nos hace competitivos, y por eso resulta benéfico.
En reuniones donde se debate tal o cual tema, cuando no se tiene un control emocional, aquello resulta por demás desastroso ya que todas las partes intervinientes quieren forzosamente se le reconozca como cierto y verdadero su punto de vista y desde luego solo resulta encono y coraje en ese momento.
La psicología determina que una emoción es la alteración del ánimo, ya sea intensa o pasajera, de pena o agradable y que está acompañada de cierta conmoción somática y que dichas emociones son naturales y que hace al individuo ponerse alerta cuando aparecen situaciones que supone amenaza, peligro o frustración entre otras muchas.
El control emocional ayuda a disminuir el desgaste psicológico y permite hacer frente a las dificultades que aparecen en el día a día. Permite controlar los sentimientos y las emociones de la persona, genera y potencia la autoestima.
En otro orden de ideas, para poder comprender y controlar las emociones, es necesario tener o haber adquirido algunas habilidades para manejarlas, como conocer con precisión el tema que se trata en el debate, conferencia o de cualquier otra índole cuando se está al frente de uno o más interlocutores ya que si no se tiene esa precisión, se pueden vivir estados desagradables o conductas poco deseables, entonces se puede argumentar que la inteligencia emocional es la capacidad de enfrentarse y adaptarse a las diferentes situaciones de opinión que no necesariamente deben otorgar la razón al exponente, que se debe tener la capacidad para resolver aquella controversia de ideas ya que esto genera motivaciones beneficiosas para sí mismo.
Ahora bien, que puede llegar a suceder cuando no se tiene un control emocional. Cuando las personas son jóvenes el enojo resulta fuerte y de mayor intensidad que después de los 35 o 40 años de edad, el sentimiento es más selectivo y se controla en un periodo de tiempo más corto, el peor momento para pedir a alguien que se tranquilice es cuando está enojado, es un error en ese momento decirle que se calme porque su reacción es alterarse más ya que, un cerebro enojado lo que quiere es tener la razón.
Finalmente, en el momento más álgido de la discusión y desesperados por expresar nuestro punto de vista que creemos es el más acertado, nos negamos a escuchar otras opiniones, no debemos ignorar lo que nuestro oponente tiene que decir, todo argumento tiene por lo menos dos puntos de vista, escuchar al otro, se adquieren nuevos conocimientos además de refinar y mejorar nuestra propia posición.
Es rector general del Centro Universitario Uteg*
joseroque@uteg.edu.mx
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