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Mejor solución. Parte I

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Generalidades

José Roque Albín Huerta*

Mejor solución. Parte I

Las mujeres de generaciones predecesoras a la actual tenían “la obligación” de ser madres, la mujer que no engendraba hijos era incluso repudiada y marginada. Ni que decir de aquella fémina que se embarazaba sin estar casada, más aun, en nuestros tiempos, cuando se presenta esta situación, algunas mujeres son manipuladas y sometidas a casarse, en el mejor de los casos, dadas las circunstancias comentadas del pasado podrían al día de hoy equipararse con la necesidad de laborar de ciertas mujeres y el obstáculo que representa un embarazo, tanto para ellas como para su empleador, aunque la Ley Laboral impone a un patrón la conciencia de no discriminar a aquellas mujeres que se encuentran embarazadas al momento de solicitar el espacio laboral.

Las circunstancias en las que un hijo es procreado son bien diversas y las vicisitudes que la madre atraviesa resultan ser en ciertas circunstancias traumáticas para que desee gestar un hijo. Ahora bien, un hijo indeseado desarrolla comportamientos y estados inconscientes que posiblemente carguen con ese trauma durante su vida y es aquí cuando se necesita la intervención de un profesional de la salud mental; adicionalmente a ello, si la madre ha intentado abortarlo por la causa que sea, aquel hijo crecerá también con el temor a la muerte, presentando estados de ansiedad, depresión, presentando, incluso, intentos de suicidio.

Los vacíos de un hijo indeseado se pueden profundizar hasta los abismos del desamor y la total desprotección, cuando la madre reniega de su naturaleza y el espíritu materno sigue adormecido después del nacimiento de su bebé. Se trata de madres marginadas del don de la maternidad, discapacitadas para dar y recibir amor. Sobreprotegen de diversas formas o asumen la actitud de negligencia con sus hijos.

Ahora bien, el aborto, hoy por hoy, es un tema complejo y habitualmente silenciado ya que existen elementos a nivel social y personal que provocan potentes emociones ideológicas, posturas en el núcleo familiar, que incide en la ética profesional, así como el derecho humano fundamental que es a la vida; médicamente se determina que el embarazo no solo se gesta en el cuerpo, sino también en la mente de la mujer, de aquí se desprende que es importante tomar en cuenta que para ella saber que está embarazada como dejar de estarlo.

Existen dos síntomas psicológicos que normalmente se dan en la mayoría de los abortos ya sean voluntarios o involuntarios, como se señala párrafo arriba, por un lado, las ansiedades desde diferentes grados sean leves o de pánico. Y, por otro lado, sentimiento de culpabilidad y creencia de que podrían haber hecho las cosas de forma diferente.

En otro orden de ideas, si el embarazo no ha sido deseado, puede haber múltiples reacciones a nivel psicológico. Hay mujeres que deciden abortar, pero igualmente les parece muy duro, en estos casos, los efectos del aborto pueden ser similares a si el aborto hubiera sido espontáneo algunas investigaciones incluso dicen que incluso más, porque al impacto del aborto hay que añadir las emociones que supone decidir interrumpirlo, por ejemplo, sentimientos acusados de culpabilidad, auto rechazo.

También existen estudios psicológicos recientes en lo que se demuestra que hay un número importante de mujeres que interrumpen voluntariamente el embarazo y no tienen secuelas ni a medio ni a largo plazo, llegándose incluso a cuestionar lo que algunos han llamado el síndrome del postaborto como conjunto de efectos incuestionables tras un aborto, las investigaciones científicas actuales son instrumentos de medición afinados y con parámetros estadísticos, aunque no hay pruebas fehacientes que aseguren que tras un aborto haya efectos psicológicos seguros.

Finalmente. Todo lo anterior dependerá, de factores como el momento vital de la persona y sus prioridades, la valoración hipotética del futuro padre y madre del nacimiento futuro, creencias religiosas, factor económico, social, profesional y otras situaciones. Existe un mecanismo legal para que quien no quiera abortar logre dar vida.

 es rector general del Centro Universitario Uteg*.

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