CAFÉ SIN AZÚCAR
Víctor Vish Fernández
La reforma electoral que dio a conocer en días pasados el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), además de federalizar las elecciones, también propone eliminar los diputados plurinominales.
Lo primero que nos llega a la mente es que se habían tardado, que son un gasto innecesario, pero no es del todo así. Fue en diciembre de 1977 cuando aparece esté terminó, y fue un triunfo de los grupos de izquierda, de la oposición de esos años.
Cuando el PRI tenía el poder absoluto, y los plurinominales eran el contrapeso en la toma de decisiones en el congreso, para evitar que se aprobarán leyes, reformas a capricho del presidente en turno para el beneficio de algunos cuantos.
Esos grupos que eran oposición en los años 80’s hoy están en el poder y los plurinominales son un estorbo para las propuestas o caprichos que quieren llevar a cabo, como la reforma eléctrica que fue rechazada. ¿Realmente nos conviene quitarlos? No.
Café exprés. De haberse aprobado la reforma eléctrica, tendríamos un monopolio en el tema de la luz eléctrica y un retroceso. Algo similar como cuando en los años 80’s y parte de los 90’s teléfonos de México era la única empresa en ofrecer el servicio de telefonía.
Cobraban lo que querían, pagábamos llamadas fantasma, y al reclamar solo te decían, pagas y si no te gusta quita el servicio y pagas de todos modos. La competencia hace que se mejoren los servicios, precios y el usuario tiene la opción de elegir la empresa que más le guste o convenga.
Refil. Que AMLO prefiera que se caduquen los medicamentos y quimios de los niños con cáncer que entregarlos, que el gobierno de la 4T use el adjetivo de golpistas para los papás de los niños con está mortal enfermedad, y que el presidente salga a felicitar a los niños en su día, también es un claro ejemplo de que es ser maquiavelico.
Como una vez dijo Charles Dickens: el número de malhechores no autoriza el crimen.