Generalidades
Vamos a vencerlo
La respuesta del miedo es autónoma, es decir, no la activamos voluntariamente de forma consciente, los estudiosos en la materia, establecen cuatro respuestas automáticas; la sumisión, defensa irritante o agresiva, inmovilidad y en otros muchos casos, la huida.
Futuro viene del latín futurum que significa lo que ha venir, está dentro de la línea del tiempo lo que viene inevitablemente después del presente, pero que aún no ha ocurrido, el futuro también expresa una perspectiva sobre algo o alguien como cuando se habla de la visión de futuro o la expresión lo que depara el futuro.
En economía o en el mundo empresarial, futuro significa el éxito que una empresa u organización tendrá. Si la empresa no tiene futuro significa que no será un buen negocio en cambio sí una organización tiene mucho futuro representa que tendrá mucho éxito, el conocimiento o la predicción del futuro es algo que desde la antigüedad los humanos han tratado de descifrar, de tal manera que, de aquí existen las profecías que dicen ser reveladas por seres superiores o por inspiración divina.
Cuando sentimos ansiedad por el futuro o estamos obsesionados con él, lo que realmente estamos haciendo es fantasear en cómo sería y sentirnos mal porque lo que estamos viviendo seguramente no se corresponde con aquello que soñamos, esto, nos roba la oportunidad de construir y crear ese futuro que queremos en pequeñas acciones en el presente.
Ahora bien, el futuro es algo que nos preocupa en mayor o menor medida, quizás a veces incluso nos afecte más de lo necesario, resultado de ello es la ansiedad anticipatoria que se refiere a que cuando el miedo a lo que aún no ha ocurrido nos inunda, la ansiedad suele relacionarse siempre con el futuro, ya que las personas que la padecen muestran una preocupación excesiva por lo que pueda pasar en situaciones que aún no han ocurrido.
En otro orden de ideas, si nos imaginamos lo peor que puede suceder en el corto o largo tiempo la mente y el cuerpo comienzas a engañarse de aquello que no sábenos si puede o no suceder y como, funciona entonces nuestro cuerpo; enviando señales como náuseas, mareos, taquicardia, ahogo, temblores, frío, sudoración, y es precisamente aquí en donde aparece otro factor negativo, el miedo a que pueda ocurrir algo malo con todas estas sensaciones. Una angustia vital constante que puede llegar a limitar seriamente el día a día. Vivir con miedo es ir muriendo un poco cada día.
El miedo es un sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que va a suceder algo negativo, se trata de la angustia ante un peligro que, y eso es muy importante, puede ser real o imaginario, la relevancia de ese matiz estriba en que aunque el peligro no exista por ser imaginario, el miedo, por el contrario, sí puede ser muy real.
Estudios de psicología clínica coinciden en que, el miedo, es una emoción muy útil para escapar o evitar los peligros, sin embargo, también es una barrera que puede interponerse en el disfrute de una persona y en caso de que sea excesivo, puede llegar a bloquear y a impedir el transcurso de una vida normal, de hecho, muchos de los trastornos más habituales tienen como origen el miedo a una situación real o posible, como la ansiedad, las fobias o los ataques de pánico.
Finalmente, conocer y aceptar los miedos es el primer paso para poder enfrentarse a ellos y trabajar en superarlos, a pesar de que, en muchos casos, los miedos no son de nuestra responsabilidad, depende del que lo padece desprenderse de ellos, desde la infancia se aprende a vivir con miedo y por ello la mente y el cuerpo se han acostumbrado a vivir con ellos. Enfrentarse a ellos no es una tarea fácil, pero es el camino para dominarlos.
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