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Crónica de una estafa

Crónica de una estafa
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SOCIEDAD Y OTROS DEMONIOS

Crónica de una estafa

Crónica de una estafa

La creatividad y el ingenio mexicano son inigualables cuando queremos emprender y ganar dinero sin esfuerzo, eso sí, el paso número uno, es perder la vergüenza y tener dotes histriónicos, que por esa actuación seamos dignos de ganar un Oscar en la próxima edición.

Encontramos tantas formas de “emprender” de muchos mexicanos tan suigéneris, que, en ellos, no es importante el grado académico, sino la forma de entender las emociones de las personas para poder lograr “la venta” de la experiencia que se está protagonizando.

En cierta ocasión, mi papá me contó, que viajó en autobús de regreso a casa, y en una de las paradas subió un hombre de mediana edad con discapacidad visual, que estuvo pidiendo a los pasajeros “una ayudadita” para poder llevar sustento a su casa. Mi papá observo a la persona durante su trayecto, pero algo de él, le llamo la atención y curiosidad, así que decidió seguirlo hasta su destino final.

Después de varias paradas, él bajo del autobús, se despidió del conductor, dándole las gracias por la oportunidad de conseguir algunas monedas más para terminar su jornada durante el trayecto a casa. En ese momento, mi papá pidió la parada del autobús por la parte de atrás, tomó una distancia prudente que le permitiera observar al hombre, que, con ayuda de su bastón cruzó la calle sigilosamente hacia el sendero de un parque cercano.

Estuvo caminando hasta llegar a una banca solitaria en donde se sentó, una vez que se cercioro que nadie pasaba por ahí, se quitó las gafas oscuras que llevaba puestas, y como por “arte de magia” recupero la vista, guardo su bastón y comenzó a contar el dinero que llevaba en todas las bolsas del pantalón y sacando también de su mochila. Se llevo un buen rato contando entre billetes y monedas; una vez terminada su labor, guardo todo y se paró con cara de satisfacción y camino hasta perderse entre la gente que esperaba cruzar la avenida.

Mi papá se quedó atónito y paralizado al ver aquella escena, con sentimientos encontrados y pensativo sobre cómo es posible que estos parásitos se la viven estafando a las personas de buen corazón. A partir de este momento, la perspectiva para ayudar a las personas fue otra.

Como esta historia, encontramos muchos ejemplos en cómo hay personas que usan situaciones vulnerables del ser humano para tomar ventaja, usar las emociones y vivir del engaño toda su vida.

Ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad nos hace mejores seres humanos, sin embargo, es importante enseñarnos a reconocer a los parásitos que se nos presentan en el camino y no caer en sus redes.

Hay que ayudar a aquellas personas que se esfuerzan en obtener ingresos a través de la venta de algún producto, y eliminar de nuestra lista a aquellos que solo abren la mano para pedir una moneda.

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