Mujeres libres y valientes

SOCIEDAD Y OTROS DEMONIOS

Susana Aceves Ascencio

Hace días conmemoramos el “Día Internacional de la Mujer”, con una serie de eventos y marchas en todo el país, en donde se visibilizaron los grandes problemas y carencias que el sexo femenino sigue padeciendo a lo largo de la historia. No hay avances notorios en la agenda de las mujeres, hay mucho que trabajar y nada que festejar. La lucha sigue, y le aplaudo a las mujeres que alzaron la voz al unísono con respeto, solidaridad y empatía a la causa.

Que no sea solo un día en el que hagamos un alto a lo cotidiano y nos reconozcamos, sino que, a partir de esta fecha, las invito a vernos a nosotras mismas y empecemos a reinventarnos, a entendernos, a decir NO, a demostrar nuestros sentimientos sin tapujos, a no quedarnos calladas, a no dejarnos arrastrar por las imposiciones de la sociedad sobre los estándares de las mujeres bonitas y perfectas. Es momento de transformarnos en lo que queremos, no en lo que nos han dicho que debemos ser.

Sin duda, en el colectivo femenino tenemos muchos temas pendientes que resolver, pero la lucha más importante es con nosotras mismas.

Las mujeres somos personas muy complejas: pensamos, actuamos, reaccionamos, sentimos, tomamos decisiones y vivimos de acuerdo a nuestras historias de vida. Hoy, les comparto la historia de una mujer exitosa, que no ha sabido tomar las riendas de su vida por temores, miedos, traumas, dudas y como siempre ha buscado pretextos para no solucionar su caos interior.

Marcela es una profesionista, empoderada y exitosa. Ayuda a otras mujeres a superar sus crisis, frustraciones, desamores, desequilibrios emocionales y todo aquello que no les ha permitido el desarrollo pleno de su vida. Sus terapias son un boom con aquellas jóvenes que quieren salir de esos estados anímicos negativos y renacer como el ave fénix. Su metodología la ubica entre las más prestigiadas en su ramo. Sin embargo, en su vida personal, hay un caos emocional que no alcanza a percibir, esta tan inmersa en su vida profesional y familiar, incluso emocional, que no se ha dado el tiempo para ella misma conocerse, escucharse y sentir, pero, sobre todo, reencontrarse consigo misma. Sus prioridades son sus hijos, el trabajo y su nueva pareja. Ella no forma parte de la ecuación de su vida.

Marcela, como muchas otras mujeres, no se han dado la oportunidad de estar sola, siempre tienen a la pareja de repuesto, cuando alguien ya no les funciona en su vida. A su compañero actual lo conoció en las redes sociales, justo en el momento, que su relación era un caos, terminó con su pareja una vez que tenía asegurada la siguiente relación amorosa. No hubo duelo, ni momentos de desesperación, de tocar fondo, de reflexionar los aprendizajes y usarlos para no volver a cometer los mismos errores. ¿Por qué a las personas les da miedo estar solas?

La pareja de Marcela es un depredador de mujeres, un gigolo de las redes sociales, que busca el soporte económico de ellas, puesto que no cuenta con un empleo real. Su carta de presentación, cómo él lo llama es “ser un buen amante”.

Conocidas de su círculo social tienen encuentros amorosos con ese incansable hombre, sabiendo ellas que él tiene una relación estable. Su gusto por las mujeres es incuestionable. Pese a ello, Marcela sigue en esa relación, puesto que comenta que ha sido un soporte para ella, en momentos difíciles.

La fobia a la soledad, nos hace tomar malas decisiones, volviendo a tropezar con la misma piedra una y otra vez. Lo que queremos erradicar de nuestra vida, lo volvemos a atraer, pero siempre recargado.

Disfrutar de la libertad plena es atrevernos a hacer un alto en nuestra vida y repensarla, es de mujeres valientes reconocer que nos cuesta estar solas, es hacer las paces y dar la bienvenida a la soledad para reencontrarnos y tomar decisiones. 

Todos los días emprendemos una lucha constante con nosotras mismas. Enfrentar nuestra realidad no es nada sencillo, requiere fortaleza, madurez, entendimiento, mucha valentía, y por supuesto, mucha actitud.

Vivir plenas, es ser mujeres libres y valientes para enfrentar ahora sí, lo que sea. El “Día de la Mujer” es siempre.