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Viviendo entre guerras

Blanca Nieves Palacios
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SOLO PARA QUE TE ENTERES

Blanca Nieves Palacios

Viviendo entre guerras

Los seres humanos y hasta los animales de cualquier especie, sabemos lo que son las guerras; barbarie; destrucción a edificios, escuelas, hospitales, museos, casas habitación, bosques, río, mares, montañas, asesinatos, despojos; nada se escapa a la brutalidad en toda su magnitud con armas cada vez más sofisticadas y mortales.

Si quienes no vivimos este tipo de guerras en carne propia, pero si nos enteramos de semejante brutalidad a miles de kilómetros de nuestro país, México, nos duele ver como se asesinan niños, jóvenes, ancianos, hombres y mujeres que nada tienen que ver con los motivos que originan estos genocidios, solo por la ambición de despojar a otros países de: superficies territoriales, petróleo, piedras preciosas, oro, plata, y todo tipo de materiales de los cuales los países invasores carezcan y surgen las guerras, ¿qué sentimientos surgirán entre los ciudadanos que llegan a quedar con vida al contemplar tan enorme devastación?

La Organización de Naciones Unidas (ONU), poco o nada han podido hacer para detener estas masacres y verdaderos genocidios que un país hace sobre otro, asesinando a miles de indefensas personas, dañando al medio ambiente y destruyendo flora, fauna, patrimonios culturales, colectivos e individuales.

Pero hay de guerras a guerras, aquí en nuestro país, en el sexenio gobernado por el ex presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa públicamente, “declaró la guerra a los narcotraficantes”; años después nos enteraríamos los mexicanos que, esa declaración fue una verdadera distracción, al haber sido nombrado de manera fraudulenta como presidente y, en realidad lo que existió, fue una verdadera componenda entre el gobierno y los dirigentes de los cárteles de las drogas y, resultaron más traicioneras las autoridades que los mismos delincuentes

En el argot de la delincuencia se dice que: “en lo chueco hay que ser derecho”; al provocar las mismas autoridades encabezadas por, Genaro García Luna la rivalidad entre esos cárteles pues recibían “aportaciones” millonarias en dólares, de unos y otros para brindarles protección, eso ocasionó que entre ellos mismos se empezaron a matar, la brutalidad de esos actos ha rebasado toda imaginación.

Cuerpos torturados y deshechos en tambos con ácido; descuartizados pedazos a pedazos, metidos en bolsas negras y arrojados con mensajes escritos de amenaza a sus contrincantes; cuerpos colgados en los puentes con mensajes igual: “esto les pasa a los traidores por invadir nuestros terrenos”, ignorando quizá que, sus adversarios también pagaban “su derecho a trabajar en esa zona”;

En la actualidad la violencia se ha desbordado, se “levantan” a hombres, mujeres, jóvenes, para obligarlos a ingresar a sus filas, de no aceptar simplemente los matan, los desaparecen, los ejemplos de esto se reproducen día con día; la mayor infamia que se padece actualmente es el robo de niños, criaturas indefensas para utilizarlos en la prostitución manejada por perversos enfermos mentales llamados pederastas y en algunos casos, se ha llegado a mencionar hasta la venta de órganos.

Ante esto las autoridades siempre han guardado un funesto silencio, pues nunca se vuelve a saber de esos niños.

En tanto la otra guerra que inicialmente era discreta, soterrada, entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial que daría inicio cuando, en un evento oficial en el campo militar, al incorporarse el presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de México, Andrés Manuel López Obrador, todos hicieron lo mismo como lo indica el protocolo, menos la presidente del Supremo Tribunal de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, electa por sus colegas ministros para un período del 2 de enero de 2023 al 31 de diciembre de 2026.

Esta acción de la ministra presidenta, fue interpretado como una falta de respeto a la investidura presidencial, representada por AMLO sobre quien, abiertamente ha demostrado una antipatía impropia tratándose del respeto que debe de existir entre quienes conforman los tres poderes que se señalan en nuestra Constitución; conocida ha sido de siempre la sumisión y servilismo de los miembros de la SCJN ante el poder Ejecutivo.

Las cosas cambiaron cuando se dio la relevancia de gobierno y haber sido despojados los priistas y panistas, del poder tantos años conservado; ello dio lugar a una guerra política contra el Poder Ejecutivo, demostrada a través de las acciones en el desempeño de impartir justicia en la SCJN, de la que los ciudadanos hemos venido siendo testigos ante el cúmulo de rechazos a las propuestas y decretos del actual presidente de México y, en un afán por demostrar su “autonomía”, que mas parece una rebelión, han aprobado cosas que van contra toda justicia y respeto.

A la mayoría de la ciudadanía esto no le es extraño pues bien sabido es, la enorme corrupción que ha imperado por años en esa Institución encargada de impartir justicia pronta y expedita, pero si algo tiene un muy alto precio en México es precisamente, la Justicia.

Saludos conciudadanos.

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