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Blanca Nieves Palacios Barreda
Entre la libertad y el cinismo
Se le Adjudica al escritor, Francois-Marie Arovet, quien se autonombro, Voltaire (1694-1778), la famosa frase: “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”, precediendo a lo dicho por el poeta y parlamentarista inglés, John Milton (1608-1674), quien hablara por primera vez sobre la libertad de expresión.
Nadie podrá negar la importancia de esta frase dicha por Voltaire que, muchos personajes políticos la repiten sin respetarla y menos aplicarla con la debida justicia, el número de periodistas asesinados así lo demuestra a lo largo de la historia y sobre todo en estos tiempos actuales.
Sabido es, por lo escuchado y visto en la televisión, la labor que han desempeñado algunos periodistas que, sucumbiendo al poder del dinero, se han convertido en verdaderos mercenarios de la información, al cubrir por muchos sexenios las corruptelas de presidentes de la República, gobernadores, diputados y senadores y de todos esos políticos que han comprado la conciencia y con ello la pluma de quienes deberían informar de manera, oportuna, veraz y objetiva a los ciudadanos.
Los engaños, mentiras y deformaciones de la verdad que, varios periodistas daban a la ciudadanía, a ellos se les retribuía de muy generosa manera, llegando a acumular fortunas y a sentir que eran el “cuarto poder” en México que, igual construían personalidades con falsas cualidades, que destruían a quien así les ordenaran “de más arriba” o, quien no se “reportara” económicamente hablando, generosamente con ellos. entre los que destaca Pedro Ferriz de Cohn
Esto se llegó a hacer costumbre y la vox populi, reconociendo el sucio trabajo de estos periodistas, los empezó a llamar “chayoteros”, por aquellos de las espinas de la verdura llamada chayote, que espina al cortarla, pero es sabrosa y nutritiva.
Pedro Ferriz de Cohn, un periodista que, como el mismo lo dice, tenía “muchos patrocinadores”, hoy ya no, lo mismo que otros de sus colegas del mismo equipo y con las mismas malas costumbres de enlodar tan importante vocación del periodismo, reniegan del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y, en video le dice que: “a el no lo mantendrá a raya”, y lo acusa de: “impedir que hagan de manera libre su trabajo de comunicación”
Esta respuesta le antecede a lo dicho por AMLO, quien tiro por viaje en un pleito sin sentido, le dice a este tipo de periodistas que, vivieron del erario durante varios sexenios, que han sido unos manipuladores de la información, que guardaron silencio ante tanta corrupción de gobiernos autoritarios y represores y tantos periodistas asesinados por hablar con la verdad.
Nada de esto ha sido ignorado por el grueso de los mexicanos, como tampoco se ignora que todo político que llega a ocupar la presidencia, indudablemente hace compromisos a espaldas de los ciudadanos, con quien sea y, si lo niegan, ya desde ahí están mintiendo a la ciudadanía, porque los hechos hablan por sí solos, y la corrupción ha permeado en todas las áreas de nuestra sociedad.
A nadie podemos excluir, ni a la policía, ejercito, marina, funcionarios de cualquier rango, ministros de la corte, jueces y legisladores, instituciones educativas, de salud y secretarias de estado, hasta los ciudadanos hemos sido contagiados con ese enorme mal que tanto daño ha hecho al país; no será precisamente desde una tribuna mañanera diaria, como el presidente AMLO, hubiera podido contribuir a cambiar o aminorar ésta situación que padecemos y a todos nos daña, un sexenio es insuficiente, pero el tiempo se le ha agotado y sus errores en lo que, a dar cumplimiento a compromisos contraídos, es algo que tanto morenistas como ciudadanos sin partido lamentan.
Se deseaba y se confiaba que, al hablarnos de una 4ta. Transformación, sería eso precisamente, una gran transformación y las escaleras serían barridas de arriba hacía abajo, según afirmaba; hoy casi al término del sexenio de AMLO, los de arriba, siguen arriba, con sus concesiones sobre todas las riquezas de México y sus enormes fortunas; los de abajo y los del medio ahí siguen.
Coincido con los personajes aquí señalados, defensores de la libertad de expresión y con lo dicho por el Premio Nobel de la paz, Liu Xiaobo de 2010: “la libertad de expresión es la base de los derechos humanos, la raíz de la naturaleza humana y la madre de la verdad. Matar la libertad de expresión es insultar los derechos humanos, es reprimir la naturaleza humana y suprimir la verdad”; pero da que pensar si, quien miente y engaña, manipulando perversamente la información y el cinismo se refleje en su cara, es merecedor de este sagrado derecho.
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