SOLO PARA QUE TE ENTERES
Blanca Nieves Palacios Barreda
Nadie nos quiere
Resulta un tanto frustrante a más de molesto, el hecho de que, llegado a los 69 años de edad y alcanzando, para fortuna de muchos los 70, a más del deterioro físico que van mostrando nuestros cuerpos, nuestro andar y hablar, son sinónimo para muchos empresarios y comerciante signos de que ya no somos personas confiables en el pago, de adquirir cualquier cosa, una bicicleta, una casa, un carro lo que sea, que se venda a crédito.
Muchas personas de ésta generación son jubilados, pensionados , incluso muchos de ellos siguen en una actividad laboral, aún así el solo hecho de contar con la edad en mención, ya no son candidatos ni para un empleo, menos aún para un crédito.
Nos preguntamos y es la misma pregunta qué hacemos ante algún empleado de la empresa a la que acudimos en el intento jolgorioso que nos lleva a adquirir, un carro por ejemplo, o un mueble, y tras hacer la negociación, al llegar al punto de preguntarnos por la edad, se nos dice que: no somos “sujetos de crédito por tener 70 años de edad”.
En el conocimiento de que, no es decisión del empleado, sino de los banqueros, los dueños de esas empresas que, seguramente rebasan y con mucho la edad que a nosotros nos ponen como impedimento para hacer cualquier transacción del tipo que sea, viéndonos en calidad de cadáver o próximos a fallecer, nos lo niegan.
La reflexión no se hace esperar, más aún con la experiencia laboral y la que los años nos van dando de qué, fácil les resultará a los dueños de esas empresas, a los dueños de los bancos, tal como se hace con los seguros que nos venden para los carros, las casas, vendernos un seguro de vida y ser ellos los beneficiados en caso de fallecimiento de su cliente y evitar el bochornoso y deshonroso comportamiento de hacernos sentir inútiles y próximos a morir.
Es incomprensible este hecho aquí narrado, porque igual se mueren jóvenes, niños, viejos, para eso de morirse nadie tiene contrato fechado y firmado del día en que falleceremos.
La única explicación y conociendo la voracidad de quienes son banqueros, empresarios, grandes comerciantes, son los intereses que dejarían de ganar de morir antes de haber cubierto en su totalidad el pago de la compra hecha con todo y los intereses; porque finalmente un seguro de vida a una persona de más de 69 o 70 años, o no se le asegura o, es un cantidad risible la que se paga ante el fallecimiento.
Es lamentable que se actúe de esta manera, que se falte al respeto a un ser humano justo por su edad, cuando debería ser al revés, pues con los años acumulados se adquiere experiencia, conocimiento y más respeto por la vida misma.
Hace algunos años el ministro japonés de Finanzas declaró: “las personas mayores deben darse prisa y morir para aliviar gastos al estado”
Por su parte, la presidente del Banco Central Europeo, Christine Lagarde alertó que: “los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global”
Dan Patrick, vicegobernador de Texas, no se quedó atrás al declarar: “los abuelos deberían sacrificarse y dejarse morir para salvar la economía en bien de sus nietos y no paralizar al país”.
Tras señalar a estos personajes como la verdadera cara de la podredumbre del capitalismo, defendiendo estos su “honor”, posteriormente dijeron que: “habían sacado de contexto sus palabras”.
Pero la realidad reafirma lo dicho por esos personajes, cuando se ha generalizado el calificativo de, “personas de la tercera edad” ; habremos de aceptar que hay quienes ven con respeto a personas mayores que ya se auxilian para caminar con un bastón o andadera pero, para los capitalistas dueños de empresas y bancos, en tanto no nos vean como un signo de pesos ($), a los que puedan exprimir, simplemente no somos sujetos de crédito.
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