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Para Vivir los Cincuentas

Para Vivir los Cincuentas
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¿Y quién es usted?
Por: José Ruíz Mercado
Memoria colectiva. Sentimiento de adhesión a un grupo. Valores y respuestas a
la vida cotidiana. Personajes, conductas, estructuras de acción ¿A qué respondo?
¿A qué me niego?
Muchas veces me he preguntado la conducta, tanto propia, como de quien me
rodea ¿A qué responde? ¿Cuál es el motivo de agrandar el sufrimiento en aras de
la exaltación de la heroicidad? ¿Acaso el sufrimiento oculta la responsabilidad?
Las personalidades fabricadas como los grandes héroes nacionales mantienen
una relación tormentosa; las obras representativas más populares responden a
esta afirmación. En una ocasión un amigo alemán me preguntó ¿Por qué Orozco
necesita tantos cuchillos para asesinar a alguien? Con uno sólo se va a morir.
Sarcasmo, ironía ¿A qué responde? Octavio Paz en el Laberinto de la Soledad
escribió la problemática simbiótica. No estamos preparados para existir nuestra
sexualidad, mucho menos para entender la otredad.
La responsabilidad de creer en el vecino antes que, en la familia, de sentirse
minimizado, de desatender lo propio ante lo exterior, era de una mujer mítica (en
los años cincuenta). Y Octavio Paz lo estudió en el manejo del lenguaje. Existe un
verbo en mexicano con tantos significados que hasta la ambigüedad reina.
Carlos Monsiváis revisa las ironías de la cultura popular mexicana. Mantiene una
columna en una revista de gran circulación en México. Por mi madre bohemios y,
José Alfredo Jiménez en la cúspide (no sé si del sarcasmo o la ironía, o si en el
fondo se lo cree, afirma en el seno de la democracia ¡Pero Sigo Siendo el Rey! El
gerundio firme y sin partichela.
En la más firme crisis del machismo, la minimización de la mujer en todo lo que
da, por algo te solté la rienda, José Alfredo es la figura nacional por excelencia en
la frustración total.
Empezamos a crecer desde el momento cuando iniciamos la crítica. Cuando la
ironía empieza a dar fruto. Octavio Paz, Sigmund Freud pretenden acercarse a las
interrogantes sociales. Mientras Gabino Palomares se aferra a ese acto sagrado
en donde la justificación no existe para afirmar la Maldición de La Malinche.
Antes de conocer a Jung pocos habían revisado el mito, la profundidad del
hecho, la participación, la determinación, el proceder histórico. Antes, la frase
lapidaria, sin análisis, en la estructura misma del sentimiento de culpa, así, como
sumo sacerdote en esa voz pausada de Arturo de Córdova, seguiría diciéndose:
Eso no tiene la menor importancia.
El cine mexicano de los años cincuenta intentó ver el lado de los desamparados
justificando, reafirmando el dolor en la primacía de la lástima, la doble moral, o la
hombría tipológica.
Así se fue formando ese retrato falso, la falacia de la inocencia. Se es pobre
porque se es inocente, pero, Los Ricos También Lloran; o aún más, Pepe el Toro
es inocente.
Feliz año, amor mío, estrenada en México el 31 de enero de 1957, con Marga
López, Arturo de Córdova, Ignacio López Tarso, entre otros, nos narra la historia
de un violinista reconocido a nivel internacional bajo una crisis emocional. Recibe
una carta de una mujer desconocida… Y ahí inicia
Hoy día es una película de culto. Una trama bien estructurada, digámoslo, el
melodrama perfecto. Una mujer con una visión del mundo enclavada en su clase
social.
La vida del mexicano medio se perfila entre el ser y el no saber. Vive la fantasía
de la ironía sin saberlo. Se burla de sí mismo creyendo que se burla del otro como
el cómico de centro nocturno hace parodia de la sexualidad porque posiblemente
jamás ha conseguido la plenitud.

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