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¿Y quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado

   Agradable todo aquello de ida y vuelta. Camino a la avenida, puedo regresarme, tomar otra arteria menos transitada, todo para llegar a dónde deseo ir. Trabajo con dedicación, a favor de los demás, el gozo mismo de mi trabajo me hace sentir bien, ese es mi pago.

   Reconocer es la palabra que se puede leer de derecha a izquierda tanto como de izquierda a derecha. Palabra llena de prodigios. Quien reconoce el trabajo del otro trae consigo la fortaleza.

   La historia es larga. Se remonta a unos tantos ayeres que no se olvidan. Pareciera que los años ochenta estuvieran aquí, como quien llega a la esquina, como un amanecer fresco, con árboles. La historia es larga.

   ¿Por dónde iniciar? No lo sé. María Fernanda Matos Moctezuma fue la tercera directora del CEDART, a la primera no la conocí, de presencia efímera, como llego se fue.

   Cuando Fernanda llegó a la dirección de la escuela. Para quienes saben de la educación artística en México, recuerden aquello de los doce centros de la República. Se conocían de acuerdo con la ciudad en dónde se instalaron; en la Ciudad de México fue la Colonia en la cual estaban ubicados. Las escuelas aún no tenían nombre cuando llegó Fernanda.

   Pero esta no es la historia del CEDART, sino mencionar el homenaje, bastante merecido, a la obra, la trayectoria de María Fernanda Matos Moctezuma en el Museo de la Ciudad de Guadalajara, situado en la calle Independencia número 684, a las 19:00 hrs.

   Grandes personalidades desfilaron en las aulas. Federico Navarra, Cornelio García, Manuel Oropeza, Miguel Ángel López Medina y otros más. Como parte del currículo hablemos del taller de grabado, de serigrafía; al exterior, el Salón de la Vida y la Muerte, el de la plástica femenina, tan sólo para mencionar alguna de los logros al exterior.

   Emilio Carballido estuvo presente en una lectura dramatizada, junto con Sonia Miró, directora de Editores Mexicanos Unidos. Se presentó el tomo antológico Más Teatro Joven de México.

   No sé si olvido algo. Lo más seguro es sí. Ahí se pasó el Sismo del 85, los nervios agudos de los alumnos y maestros, Fernanda al frente en una tranquilidad aparente, era la directora, ahora sí, del Centro de Educación Artística José Clemente Orozco, era su función.

   Formó parte de la historia local. Grabadora con una técnica esmerada. Que no se olvide el grabado a esa película de culto dirigida por Jaime Humberto Hermosillo, con la actuación de Angélica Guerrero, Marco Antonio Treviño y la supervisión técnica de Guillermo del Toro: Doña Herlinda y su Hijo.

   Esa etapa como grabadora, su visión de la forma, el alto conocimiento de la estética la condujo a la otra etapa. La de curadora. La de estudiosa de la historia de la pintura, la de los museos y los libros.

   Posterior a la dirección ha participado en los museos de Puebla, su registro la ubica como una conocedora de la gráfica, la pintura, y ahí está el catalogo de autores, el estudio de la obra de Martha Pacheco.

   Un autor, sin un estudio de su obra, tiene otro nivel. El interés que despierta es importante en la trascendencia de su obra. Lo Sublime en la Pintura de Martha Pacheco, publicado en el 2013 por el Colegio de Jalisco, provocan una dimensión mayor a la obra.

   Dicho trabajo nos permite conocer la trascendencia de Martha Pacheco, la sublimación, su acercamiento, sus trazos, la continuidad a los grandes autores de la historia.

                       Para cerrar, a Fernanda siempre la he visto sonreír.

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1 pensamiento sobre “Reconocer”

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