OBSERVANDO
Patricia Alvarado
“Tengo la certeza que sin ustedes el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, me hubiera sepultado para siempre en la cárcel por un delito que él fabrico”.
Alejandra Cuevas
Guadalajara, Jalisco. La justicia se ha visto manoseada y manipulada en los últimos años, el más reciente caso es el de Laura Moran y Alejandra Cuevas esta última duró 547 días en la cárcel por un presunto delito de homicidio doloso en contra del hermano del Fiscal General de la República Alejandro Gertz Manero.
El día 28 de Marzo 11 Ministros de la Suprema Corte concedieron por unanimidad amparo liso y llano para decretarle la libertad a las señoras Laura Morán y Alejandra Cuevas esta última declaró a medios de comunicación “tengo la certeza que sin ustedes el Fiscal General de la república, Alejandro Gertz Manero, me hubiera sepultado para siempre en la cárcel por un delito que él fabrico”, la justicia federal se hizo presente en este caso pero la pregunta en el aire queda -¿cuantas más Alejandras habrá en México que están sin una sentencia o vinculadas a proceso con pruebas ficticias por intereses tan inimaginables como corruptos?-.
En México es de todos sabido que existe una crisis preocupante con respecto a la justicia para las mujeres, casos y casos se podrían sumar y nombrar de mujeres en espera de justicia aunado a las distintas violencias como es la estructural e institucional, la criminalización y revictimización de las mujeres sigue imparable, la injusticia sigue apareciendo en la vida de las mujeres a pesar de que la perspectiva de género se encuentra ya en las instituciones penales esta brilla por su ausencia.
La violencia contra las mujeres empieza desde su detención y son violentadas con una frase que desgarra y criminaliza “no te creo” y desde que las mujeres son detenidas se enfrentan a la revictimización institucional. La incomunicación suele prevalecer tras haber sido señaladas como infractoras de un delito y las amenazas veladas a ella o a su familia son conductas repetitivas en los centros de detención, su rol de cuidadoras las hace más vulnerables a ser violentadas. Los abusos verbales no se escatiman por los estereotipos y roles de género
Según México Evalúa las agresiones que sufren las mujeres al ser detenidas son patadas y puñetazos mujeres un 29.8%, hombres 39.0%, asfixia o ahorcamiento mujeres 15.3%, hombres 23.4%, golpes con objeto mujeres 13.7%, hombres 21.8%, ahogamiento mujeres 8.9%, hombres 16.8%, descargas eléctricas mujeres 12.9%, hombres 6.8%, agresión sexual 15.5%, hombres 6.8%, violación sexual 4.8%, hombres 1.9%. (Estos porcentajes están basados en la fuente de elaboración propia obtenidos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad 2021. Inegi).
La prisión preventiva ha venido a recrudecer el panorama para las mujeres pues a partir del 2019 la población ha ido en aumento con un 28% bajo la modalidad “oficiosa”, al cierre del 2021 una de cada dos mujeres está privadas de su libertad sin sentencia alguna.
La presión mediática de la sociedad civil y medios de comunicación pareciera que ha fructificado para que casos emblemáticos como éste se den a conocer y los órdenes jurisdiccionales aceleren su trabajo judicial.
Es un hecho que el estado criminaliza y violenta a las mujeres, legislación pertinente existe, las políticas públicas con perspectiva de género para juzgar están ahí, la pregunta cabría, – ¿entonces que se requiere para que la justicia para las mujeres sea pronta y expedita? -, – ¿será que la justicia esta durmiendo el sueño de los justos? -.
Pax