Generalidades.
José Roque Albín Huerta*.
Entre 1846 y 1848, las tropas de los Estados Unidos de América (EUA) invadieron México, llegando hasta la capital del país. Con fines anexionistas, la avanzada bélica se encontró en distintos momentos con acciones de resistencia verdaderamente valientes y tenaces, entre las cuales destacaron los hostigamientos constantes de las guerrillas nacionales que se organizaron por todo el territorio y batallas como las de Padierna y Churubusco, donde los mexicanos mostraron gran lealtad y entrega a la defensa de la soberanía nacional.
Históricamente se afirma que, esta guerra por principio dispareja contaba con una planificación estratégica por parte de los Estados Unidos, los valientes esfuerzos resultaban hechos aislados ante la permanente y organizada avanzada enemiga, que en 1847 abrió nueva brecha desde el puerto de Veracruz, en el mes de marzo, la marina angloamericana, bajo el mando del general Winfield Scott, desembarcó en las playas del golfo y asedió el puerto, buscando herir a los habitantes en el hambre y la desesperación. La resistencia fue tenaz, pero para abril la plaza se vio obligada a rendirse y, siguiendo la antigua ruta de Cortés a través de los volcanes, el ejército estadounidense tomó Perote y Puebla. El 11 de agosto de ese año.
Momento histórico para México es cuando; Juan Bautista Pascasio Escutia y Martínez (Tepic, 22 de febrero de 1827 – Ciudad de México, 13 de septiembre de 1847) fue uno de los combatientes que murieron en la Batalla de Chapultepec poco se sabe sobre su condición con respecto si pertenecía o no al Colegio Militar, independientemente de ello, la tradición histórica lo recuerda como uno de los Niños Héroes que dieron la vida por defender la patria.
Poco o nada se sabe sobre su vida, según algunos historiadores, no existe ningún registro de que fuera cadete del Colegio Militar, sin embargo, murió en combate, existen diferentes teorías con respecto al estatus de Juan Escutia, las más aceptadas lo consideran como voluntario o soldado del Batallón de San Blas, el cual participó en la Batalla de Chapultepec defendiendo con alrededor de 400 hombres el Colegio.
El batallón al mando del teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl recibió al ejército estadounidense en la ladera sur del cerro de Chapultepec, resultando la mayoría de sus hombres muertos, alrededor de 370, el resto retrocedió escalando la ladera, Juan Escutia pudo haber sido uno de los soldados que, en el intento de escapar de la masacre, pero fue alcanzado por los invasores, ya que su cuerpo fue hallado en una de las laderas. Una placa conmemora el lugar donde se encontró el cadáver junto con el de otros combatientes. Al momento de su muerte tendría veinte años.
Es así como la tradición histórica mexicana lo ha incluido en la lista de los jóvenes cadetes del Colegio Militar que optaron defender la posición de Chapultepec, la leyenda marca a Juan Escutia como un agregado del Colegio que debido a la situación de emergencia no pudo ser formalmente enlistado, por lo que no aparece en los registros, presuntamente se dice que sería encargado de guardar el torreón en el que ondeaba la bandera nacional y ante la inminente entrada del ejército invasor a la fortaleza, el cadete tomaría la Enseña y envuelto en ella saltaría a la ladera con el fin de que no cayera en manos del enemigo.
Ahora bien, la versión oficial sobre la hazaña de los Niños Héroes, Vicente Suárez, Juan de la Barrera, Juan Bautista Pascasio Escutia y Martínez, Agustín Melgar, Francisco Márquez y Fernando Montes de Oca. (así se le llama a un grupo de cadetes mexicanos que murieron en la Batalla de Chapultepec el 13 de septiembre de 1847 durante la intervención estadounidense en México).
Se dice que Juan Escutia, se envolvió en la Bandera de México y decidió arrojarse desde lo alto del Castillo de Chapultepec, para evitar que el lábaro patrio cayera en manos de los invasores.
Estimado lector, jóvenes ejemplares existen y han existido en nuestro país, usted tendrá la mejor opinión.
es rector General del Centro Universitario Uteg*.
joseroque@uteg.edu.mx