¿Y quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado
Acercamiento a la obra. Serenata diurna. Traducción a otro lenguaje. Lo estético, dicho de otro modo. Progresión hacia otros senderos. Se dice de una obra que no requiere explicación.
La obra se reconoce sin explicación alguna. Verdad ¿pero en donde está el autor? ¿Dónde su visión del mundo? ¿Qué tanto vale conocer los momentos creativos, el proceso mismo?
Escribir con la pretensión de acercar la obra al público es una degeneración de la sociología vulgar (algunas corrientes del marxismo vulgar se aferran en esta revisión de obra/ autor) La obra está ahí, no requiere de una traducción, ni de un diccionario visual.
Entonces, ¿sirve de algo los catálogos, los libros, las reseñas de los autores plásticos? De ser negativa la respuesta entonces quememos los estudios de Octavio Paz, de Raquel Tibol y de otros tantos más. Quienes dedicaron su vida al acercamiento a los gráficos, los plásticos, los visuales y demás trabajadores.
Si nadie hubiera vertido su pluma y su conocimiento a la obra de los Coronel, Gironella, Felguerez, Orozco, Diego, Frida, Izquierdo, su obra habría quedado entre las amistades y conocidos más cercanos.
Las circunstancias históricas fueran otras sin los estudios de personalidades de la periferia (llamémosles así a los críticos, curadores y demás especialistas) del trabajo visual.
En el mundo de lo visual permanecen los escritos de quien alguna vez fue un analista agudo de los autores de su época, incluyendo el reconocimiento de obra y alcance de técnica hasta llegar a lo estético. Recordemos, por ejemplo, a Meza Inda y sus críticas dominicales en El Informador de Guadalajara, y, en su momento, como parte del Consejo Editorial de una de tantas etapas de la Revista de la Universidad de Guadalajara.
Entonces, el problema radica en el método, en esa pretensión de acercar la obra a partir de la ociosa interrogante ¿Qué quiso decir? El estudio y sus alcances es otro, el manejo de lo técnico, la revisión de lo estético, el manejo del color, los matices, la línea, los materiales, forma parte del discurso teórico.
Cada etapa social tiene su oficio de decir. Uno de los discursos a revisar de los teóricos del color y de la línea. Ubicarnos en esas propuestas, en esa visión del mundo, comentar los hallazgos, las similitudes de lenguaje, se convierte en la gran tarea.
Estudiar esos lenguajes, mover los hilos sensibles de un posible espectador, quien posteriormente se convierte en público, son las etapas sagradas del hacer en la crítica.
Mencioné a Octavio Paz, a Raquel Tibol, sin dejar de lado a Ida Rodríguez Pranpolini, quien, con su pluma certera, fruto de un bagaje teórico filosófico, se convirtió en cita obligada de todo estudioso, practicante de lo visual, que se respetara en algún momento de la historia.
Todo autor respetable conoce (se reconoce) sus raíces, lo étnico, el proceder de su historia. Todo autor (en el caso de los autores visuales aún más) tiene una particularísima visión del mundo.
Hace unos años, Esperanza Gama, comentaba de la utilización de los materiales, del seguimiento temático, de esa visión de la historia. Y nos recordó a las Monjas Coronarias, del porque fueron (desconozco si continúa dicha creencia), el cómo eran cuestionadas por su muerte repentina. El morir de un paro cardiaco era contrario a la idea de sufrimiento.
Esperanza tiene una serie de estas monjas, otra forma de cuestionar la ideología patriarcal. Saber de esto no nos adentra en el conocimiento de su obra; no lo necesita. Simple, llanamente, nos sensibiliza.
Entonces, la función de un estudio a fondo de ese lenguaje visual nos permite observar la historia, las relaciones de poder, o simple, llanamente adentrarnos en la textura, los juegos de color y armonía.
¿Esperamos un libro así? Una serenata diurna.