Sociedad y otros demonios
Susana Aceves Ascencio
No conozco las culturas de otros países, pero en la nuestra, se tiene la tendencia de buscar los mejores pretextos para justificarnos sobre los malos resultados que obtenemos en cualquier ámbito de la vida, será inconsciente o consciente, no sé, pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, no nos responsabilizamos por las consecuencias de nuestros actos.
El ejemplo más popular es como se argumentan los futbolistas y su entrenador cuando pierden un partido o del mal trabajo de cualquiera de ellos.
Y hablando de los deportes, durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, vimos la actuación del equipo mexicano en extremos, es decir, atletas que tenían todo para ganar una medalla, y los cuales con su pobre desempeño dieron mucho que desear. En esta justa deportiva, sólo se consiguieron cuatro medallas de bronce.
Si leemos las publicaciones de varios medios, nos encontraremos con muchos pretextos de por qué no se pudieron lograr los resultados esperados, así como hacen comparaciones con otros momentos de la historia de los Juegos Olímpicos en los que ha participado México.
Por otro lado; los deportistas paralímpicos que, a pesar de sus discapacidades y con menos apoyos económicos que los anteriores, nos brindaron una actuación de excelencia durante los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Ellos ganaron 22 medallas (7 oros, 2 platas y 13 bronces). Demostrándonos que sí se puede.
Lo que sí es una realidad, es que, nos están señalando que los apoyos económicos no son los responsables para ganar o perder una competencia deportiva. Son indispensables, por supuesto, pero no es el principal indicativo para lograr los resultados esperados.
Hace algunas semanas, estuve leyendo algunos reportajes sobre uno de los atletas más sobresalientes del deporte paralímpico de nuestro país y ganador de medalla de oro en los Paralímpicos de Tokio 2020, me refiero a Arnulfo Castorena. Él pese a las adversidades, al sufrir el rechazo de su padre, así como, a los problemas personales que ha enfrentado, ha sabido salir adelante y hacer que sus sueños se hagan realidad.
Por lo que, resumo la fórmula del éxito, en lo que él mismo Castorena comenta en la revista digital Tec review: “la mente es el poder, lo que te ayuda a fortalecerte. Si permites deprimirte por los problemas, entonces sí es una discapacidad”.
La respuesta es tan sencilla para lograr todo lo que nos propongamos en la vida: cambiar de mentalidad y saber manejar nuestras emociones. Después saber manejar de la manera correcta los recursos con los que disponemos, recordar que la creatividad es el límite.
A su vez, conjuntar la determinación, disciplina, carácter, esfuerzo, sacrificios y pasión hacia lo que hacemos.
Si logramos entenderlo y ponerlo en práctica, nada será imposible para nosotros. Y si no es suficiente, nos podríamos inspirar en los testimonios tan conmovedores de personas con limitaciones físicas que nos han puesto la muestra, en cómo sí, se puede lograr todo lo que nos propongamos.