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Cerca del Once

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¿Y Quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado

Coincidencia. Posibilidad. Los ciclos de la vida parecieran repetirse. Universos paralelos. Procesos cuya repercusión pareciera inmediata, aparenta cambios, se dan cambios, el eterno retorno dice una tía estudiosa de los elementos, los números, las decisiones.

   Mi tía ¿Ya se las había presentado? Le gustan los vestidos largos, las blusas con encajes, si estos contrastan con el color del resto de la prenda, mejor. Mi tía, dice la familia, se quedó en el tiempo ¡Qué mágico! También le gustan los colibríes. A la entrada tiene varias macetas colgantes, con plantas de tonos verde; bajo éstas, un bebedero a donde llegan las aves. Mi tía.

   Mi tía prepara un café especial. Con anís. Dice como le permite tener una percepción más amplia. Posiblemente. Todo es posible. Aún así, a mí no me agrada y ella lo sabe.

   Estamos cerca del once de septiembre. Las notas en los diversos sitios no se han hecho esperar. Las anécdotas, los discursos, las fotografías año con año repetidas como si la imaginación se detuviera. Y mi tía bebe su café, observa por la ventana, va a la repisa para cambiarle el agua a un florero. Llovió mucho y a esta flor se le fracturó el tallo.

   Luego, en voz baja hace cuentas: once es igual a dos. El nueve es incluyente. De nuevo el once y dan cuatro. Después, todo es igual, pero hay un tres y dan cinco, es el eterno retorno, el devenir. Por lo tanto, el próximo dará seis.

   Tomo café fuerte. Cosecha de la sierra (no sé de cual) Debo decirlo, preparado por mi tía. La veo, la escucho. Es única ¿Cómo sería hace cuarenta y ocho años? Regresa a la sala. Deja su flor. Mejor dicho, toma su guitarra como una flor, da unos acordes. Vendrán los discursos el día, y posiblemente los siguientes, me dice, falta inteligencia para debatir. La veo como parece irse a otra dimensión. La veo, me la imagino en ese mitin histórico.

   Sí, me la imagino. No sé porque se me viene a la mente una imagen, la de un super héroe haciendo alarde de su pericia. Acabo de leer la anécdota. Recuerdo ese día, esperaba entrar a clase cuando se dio la nota.

   Mi tía observa su flor con el tallo fracturado en ese florero especial de cristal mientras casi en silencio murmura mientras rasga las cuerdas: Gracias a la vida, que me ha dado tanto ¿Sabes la anécdota de esta pieza? Me dice, yo afirmo. Luego continúa en el mismo tenor: Te recuerdo Amanda, la calle mojada…

   Después de ese primer once de septiembre sucedieron cambios. Muchos, incluyendo a mi tía, no olvidarían ese espacio, ni el discurso, y lo seguirían diciendo, cada día con mayor fuerza, con el enriquecimiento del discurso. Luego vendría otra manera de decir historia. Las aulas universitarias contendrían métodos diferentes de hacer filosofía.

   Una etapa se abrió en la música. Y como siempre los discursos se ideologizaron, se discutió si era cosa de seguir a los grupos de rock o a los cantantes de protesta, hasta era posible hacer la simbiosis entre un ritmo, unos instrumentos, otra manera de llorarle a la pobreza. Y la pobreza continúo en muchos mientras el discurso crecía en las aulas.

   Algunos compararon el éxodo de los universitarios chilenos como el histórico de los españoles en el periodo franquista. El discurso tenía visos de cientificidad. Todo era probable.

    Pasó la música. Pasó la historia. Los años setenta con el discurso oficial. Todo pasó posterior a ese once de septiembre con el bombardeo a la ciudad capital con la toma y persecución de quienes apoyaron al presidente caído.

   Pasó el ocultamiento de los hechos. La distorsión, pero también los cambios de conducta. En Chile se había escrito, el cómo los cambios no se dan pacíficamente a partir del respeto al otro. 11 de septiembre de 1973.

   28 años después vino el otro 11 de septiembre del 2001. Mi tía dice. Es el karma. Nada se queda sin ser pagado, y continúa con su cuenta. El karma, sobrino, el destino manifiesto sin cambios en la música, la literatura, ni en el cine. Pero los discursos ideológicos no se harán esperar.

   Coincidencia. Posibilidad. Los ciclos de la vida parecieran repetirse. Universos paralelos. Procesos cuya repercusión pareciera inmediata, aparenta cambios, se dan cambios, el eterno retorno dice una tía estudiosa de los elementos, los números, las decisiones.

   Las fechas coinciden. Pareciera necedad. Tengo una tía estudiosa de los ciclos externos. Además de divertido suena interesante. Habla del universo. De como una acción puede traer consecuencias. Entre más grande está el radio de acción, mayor probabilidad de cambios tiene.

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