Observando
Patricia Alvarado*
“¡Mira Bartola! Hay te dejo estos dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz, de lo que sobre, coge de ahí para tu gasto, guárdame el resto, pa’ comprarme mi alipus. El dinero que yo gano, toditito te lo doy, te doy peso sobre peso, siempre hasta llegar a dos”, Salvador Flores.
La polarización y descalificación desde el estado mexicano ha suscitado diferentes reacciones en la sociedad mexicana, ante un presidente que descalifica las elecciones que son garantes de la democracia, los electores clasemedieros son estigmatizados con el concepto de “aspiracionistas”, egoístas y que quieren triunfar a toda costa.
En México cuatro de diez hogares son clase media según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y 14.5 millones de familia son las que pertenecen a este grupo según el censo del 2020, de acuerdo con el INEGI la clase media no es necesariamente algo que comienza donde termina la pobreza, sino que es una condición transversal y subraya “así como hay trabajadores pobres, cabe concebir asimismo un estrato de la clase trabajadora no pobre, pero tampoco, en sí y por sí, clase media”.
En nuestro país se dieron las elecciones “más grandes de la historia” por la cantidad de cargos que se efectuaron y donde se eligieron gubernaturas, presidencias municipales, diputaciones locales y lo más importantes la elección de 500 diputados federales que se espera sea un contrapeso en la palestra de las decisiones más importantes de la nación, la Cámara de Diputados, es así que muchos de estos votos provienen de la “clase media” convencidos que una de las actividades más importantes de los hombres y mujeres es salir a votar y elegir a quien consideran más aptos para gobernar haciendo uso de su derecho constitucional.
La confrontación del presidente Andrés Manuel López Obrador, con la clase media es inaudita, una clase quizá que lo llevó a ganar en las urnas en el 2018 para rematar la polémica dijo: “donde son los más groseros, son los sectores de clase media y arriba, son más irrespetuosos, pero abajo, aunque estén en otros partidos, la gente respeta, aunque no coincidan”.
Así es nuestro México lindo y querido.