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Consumación
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¿Y quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado

Hace tiempo se discutió volver los ojos a otro método de estudio de la historia
iniciando por proponer revisar los cambios a partir de los estilos en el arte, o los
descubrimientos científicos. Nada más para muestra: El pensamiento barroco, o el
tiempo de la microbiología.
Es posible mencionar el instante de Freud, posiblemente Jung y sus
consecuencias, también podría mencionarse entre Molière y Voltaire con
Rousseau de intermedio seria genial. Hasta, en una clase, mientras el docto
historiador ofrece su discurso, un alumno preguntón haría su intervención ¿por
qué en México se celebran los principios y no los resultados? Se escucharía de
seguro: Cuna hace historia.
Parece juego. Sin embargo, tiene su justificante. Se habla del Siglo de Pericles,
por ejemplo, en Inglaterra, en los confines del Siglo XVIII un grupo de historiadores
lo propusieron, en los años sesenta, en España, un cuerpo colegiado de
historiadores con psicoanalistas de la corriente del freudo marxismo, lo propuso.
La estructura actual de abordar la historia nos ha llevado al culto de la clase
política, alejado del pensamiento científico, a llevar un santoral de nombres y de
fechas, en donde el individualismo impera a partir del caudillismo. De traiciones
envuelta en luchas fratricidas, conflictos entre los buenos y los malos, surgidos de
la nada.
Cada etapa de la historia tiene un porqué. La circunstancia social, es decir, el
resultado de la crisis, del conflicto de la lucha interna de los grupos, generan los
cambios, la visión del mundo, la apariencia provocada por lo ideológico, la relación
de las estructuras de pensamiento. Nada se da aislado.
La lucha entre los grupos hegemónicos ha sido álgida; motivo por el cual se
pretende generar un pensamiento lineal en el grueso de la población. Nosotros
somos los buenos, pareciera ser el discurso, casi sermón, de quien detecta el
poder, esto, sin mencionar la falla estructural de la pretendida oficialidad de la
historia.
En algún momento el discurso académico, dado septiembre, nos dice el sustento
de la Independencia de México en dos grandes movimientos anteriores: La
Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos. Luego los
grandes mitos del inicio. El caballerango que corre de un lugar a otro para avisarle
al líder del movimiento que fueron descubiertos.
Luego, ¿usted recuerda cual fue el sobrenombre de Miguel Hidalgo y cómo se lo
ganó? Aún más. Se habla de la tradición francesa de México. De cómo la tradición
de una parte de la clase pensante del México del Siglo XX llevó a la traducción de
los escritores franceses. De la lectura de Baudelaire a Artaud. Se habla de Los
Contemporáneos y su afición a la traducción de los pensadores de vanguardia.

Molière fue dado a conocer por Hidalgo. Su primer traductor. El Tartufo, El
Burgués Gentil Hombre, fueron las obras dadas a conocer por Miguel Hidalgo.
Molière con su obra lleva a la escena el pensamiento de los enciclopedistas.
Rousseau, Voltaire, Montesquieu. Hidalgo conocía muy bien la obra de ellos.
Esa tradición humanística la heredamos a lo largo de la historia. El pensamiento
de la razón, la tradición cartesiana, fue la herencia del liberalismo mexicano.
Luego, con ello, fue más directo el comprender a Sartre, Simone de Beauvoir,
Camus, al mismo Picasso
Nada se da aislado, efectivamente. Pudiéramos ejercer una visión crítica si nos
alejamos del santoral político, si dejamos de lado el caudillismo, si abrimos la
mente hacia otros universos. Si llegáramos a tener las herramientas
metodológicas suficientes para comprender nuestro devenir.
Hasta es posible con esto que estamos viviendo. Si nos dejamos de la queja
continua, como estamos acostumbrados, y vivimos nuestras clases a distancia con
la mira al cambio.
En ocasiones me pregunto: ¿por qué esa costumbre de festejar los inicios? ¿Por
qué no festejamos los resultados? Septiembre se habla de la Independencia de
México en 1810 ¿Será? Craso error. La firma de la Independencia se dio en 1821,
luego entonces, se cumplen doscientos años.
Miguel Hidalgo y Costilla nos enseñó a leer a los autores franceses, Moliere,
entre otros, Voltaire, Montesquieu, y por supuesto ese Contrato Social ¿Ya
recordó como le decían a Hidalgo? El Zorro.

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