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Generalidades

José Roque Albín Huerta*

Los hombres y las mujeres a partir de la edad núbil (término que se usa para las mujeres), tienen derecho, sin ninguna restricción o discriminación alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión a casarse y fundar una familia disfrutando de iguales derechos previstos en la ley en cuanto al matrimonio, durante y en caso de disolución matrimonial. El matrimonium nació en la antigua Roma, y estaba, como lo está hoy, sujeto a ciertas normas y leyes.

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La institución matrimonial, crea un vínculo conyugal entre sus miembros permitiendo legitimar la filiación de los hijos procreados o adoptados, tomando en consideración las reglas del sistema legal vigente. Es la unión de dos personas mediante determinados ritos o formalidades legales y que es reconocida por la ley como familia.

En el caso de que los cónyuges decidan disolver ese vínculo matrimonial, esta puede solicitada por ambos o por uno de ellos, acuden al órgano jurisdiccional competente y esperan una decisión judicial que disuelve el vínculo matrimonial y que implica la pérdida de los derechos sucesorios entre los cónyuges, la pérdida de la pensión de viudedad, así como de las obligaciones derivadas directamente del matrimonio. No afecta a las obligaciones de los cónyuges para con sus hijos e hijas, puesto que las mismas surgen de la relación de parentesco y no de la existencia de la unión matrimonial.

A efecto de entender el matrimonio desde la ley, se le conoce también como la convención por la cual los futuros contrayentes fijan el estatuto de sus bienes durante el matrimonio y la suerte de esos mismos bienes a la disolución de ese enlace civil. El vocablo convención, frecuentemente se utiliza como sinónimo designando el régimen matrimonial que la ley permite, régimen conyugal, legal o separación de bienes, por el que se opta consciente y deliberadamente y que contienen diversas características.

El sueño o la idea principal de dos personas cuando piensan unirse en matrimonio, lo visualizan estar juntos por muchos años y formar una familia, pero ¿qué sucede cuando ese enlace está desmoronándose?, es muy probable que uno de ellos piense en divorciarse, nunca es tarde para darle un cambio a ese pensamiento para retomar un matrimonio saludable y satisfecho.

Ahora bien, existen estudios sobre el impacto psicológico que se causen a los hijos por la separación o el divorcio de los padres ya que, la estabilidad afectiva y emocional que requiere el desarrollo infantil puede verse seriamente amenazada por la separación o el divorcio de los padres, especialmente cuando el apego aún no está suficientemente afianzado, es conocido, al respecto, que la mayor proporción de ellos tiene una media de edad de seis años o menos en el momento de la ruptura, de cuyo conjunto una gran parte muestra más desajustes psicológicos a lo largo de su vida que los que pertenecen a familias intactas, si bien tales desajustes no siempre alcanzan niveles clínicos.

Factores que también inciden en la ruptura del matrimonio son, entre otros, el desgaste, la falta de comunicación, la no tolerancia, la convivencia, el día a día, los quehaceres domésticos, los hijos, las responsabilidades, la rutina y así podríamos seguir mencionando muchas cosas más que afectan a lo largo de los años a toda pareja terminando en muchos casos en separación o divorcio.

En otro orden de ideas, en nuestro país y en América Latina se ha estudiado, hasta hace poco, la violencia intrafamiliar como causal de divorcio y las dificultades que esto conlleva, de tal manera que, debe legislarse a profundidad este lacerante problema y así abonar a la discusión sobre el análisis de dicho fenómeno, desde la perspectiva del avance conservador sobre las políticas, las instituciones y su abordaje del problema por parte de las instituciones encargadas de atender y defender los derechos de las familias.

Aprender a lidiar con los problemas y obstáculos que la vida pone en el camino, es aprender a bailar al compás del otro, donde leer las necesidades y sentimientos se convierte en tarea fundamental para construir un vínculo sano y equilibrado.

*es rector general del Centro Universitario Uteg

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