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Cuando a la Muerte le Damos Permiso

Cuando a la Muerte le Damos Permiso
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¿Y quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado

Sartre escribió el como al reconocer el destino humano este encontraba su
libertad. Bajo esta tónica escribió toda su obra. Ensayo, novela, dramaturgia;
marcó toda una etapa del Siglo XX (y de alguna manera continúa) con su
filosofía de la existencia.
Hace días he estado recordando a Sartre, a todos los personajes con quienes
convivió, con quienes luchó en el periodo más fuerte; la resistencia, el mayo
glorioso, los conflictos entre la ortodoxia y la revisión de la izquierda.
Fue una etapa significativa, no sólo para Francia, sino para el mundo
pensante, para quienes en los momentos de mayor crisis (una guerra con todas
sus implicaciones), el pensamiento y las relaciones de poder fueron
cuestionadas con lo mayor de la inteligencia, cuestionando a fondo las mismas
instituciones, recordemos, entre otras obras, El Extranjero, de Albert Camus,
pero no sólo esto, la solidaridad existente en el gremio.
Hace días no se aparta de mi mente la enseñanza ganada en el periodo del
existencialismo francés, sus consecuencias en la literatura latinoamericana, en
la música popular, en el cine (sigo gozando con esos cortes al paisaje urbano a
diferencia de las secuencias objétales del italiano) Si, hace días, posterior al
fallecimiento de Gabriel Gutiérrez Mojica.
Con su partida dejó cuestionantes bastante fuertes. Cuestionantes las cuales
probablemente ni siquiera pensó en ello. Cuestionó la educación, la
administración pública y hasta los medios. Y probablemente sin proponérselo.
Durante 27 años ejerció la docencia. Escribió varios manuales, tanto para los
alumnos de educación artística como para el magisterio, fue alumno de la
escuela de música y de la escuela de artes en sus primeros años. Al tiempo,
entró a la licenciatura en Artes Escénicas.
Me pregunto ¿Realmente requería de ese documento? ¿Con la experiencia
en aula? ¿Con la experiencia en la elaboración de dicho documento
pedagógico? Si más de uno de quienes ejercieron podían (¿Fueron?) haber
sido sus alumnos. Si lo requería para obtener unos centavos más en su labor
docente.
En 1983 su grupo de teatro cumplió diez años de actividad. Entonces hizo la
gran fiesta. Montar, producir, editar a dramaturgos, en ese momento claves, de
la localidad, para lo cual ejerció un programa mes a mes: Miércoles de Teatro
Breve. Hizo lo que ninguna institución de la cultura ha hecho hasta la fecha.
Promocionar a los autores, darles su lugar a actores al mencionarlos en el
estreno, en una publicación, que mes con mes, se distribuyó entre el público
asistente. En esta colección es conocido como dramaturgo (Ya se conocía
como músico, y fue un icono de la cultura popular) Julio Haro.
Con todo esto, y más, a Gabriel Gutiérrez Mojica, debió de habérsele
otorgado el Premio Jalisco, como mínimo. A pesar de que en varias ocasiones
fue mencionado como posible candidato. Desconozco si apareció en algún
momento en la terna.
Para cerrar. Gabriel escribió un ensayo acerca de la danza para actores. Por
supuesto que la calidad del documento debió de superar a cualquier estudiante
normal, así como, su participación académica no inició aquí, como algún diario
lo dijo, al contrario, fue parte de su vida en la escena. Esto sucede cuando a la
muerte le damos permiso.

La historia del pensamiento de la localidad, mientras continúe desconociendo
a su gente, mientras ese ¿Quién es Quién? Siga en el olvido, mientras la
envidia siga permeando el pensamiento continuará en el anonimato. Y todavía
habrá quien diga: ¡No es para tanto!

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