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Hay que prepararnos

Hay que prepararnos
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Generalidades

José Roque Albín Huerta*

Tú joven ayudas a un viejo, mañana harán contigo lo mismo”, El Cape.

La vejez se conceptúa como el periodo vital que sigue a la madurez, si bien no existe una edad determinada para señalar su inicio en los seres humanos, la Organización Mundial de la Salud ubica esta etapa a partir de los 60 años, es sabido que desde esta etapa inicia un deterioro orgánico gradual resultado de las condiciones previas a los factores genéticos los que determinan una evolución favorable o no de este periodo.

Hay que prepararnos

Los cambios biológicos que comienzan a aparecer, dependen en mucho del tipo de vida que en el pasado llevó cada persona, pero inevitablemente estos cambios son inevitables manifestándose en muchos casos de diferente manera como puede ser la atrofia de la masa muscular, de la andropausia en los hombres y la menopausia en las mujeres la cual implica alteraciones hormonales y cambios físicos.

En esta etapa que es también, mejor conocida como la tercera edad, comienza a aparecer el debilitamiento de la estructura ósea y que complica los problemas de postura llegando a hacer imposible que el individuo pueda conservar una postura erguida, sin olvidar también, que da inicio el deterioro de la capacidad para adquirir nuevo conocimiento y tener un lento aprendizaje, también realizando un gran esfuerzo en su automovilidad necesitando ayuda de los suyos o de otras personas.

Las personas mayores o ancianas requieren de un tipo de ayuda, cuidados y en muchos escenarios de apoyo económico, están limitadas y ya no pueden ser cuidadoras de otras personas, dedicarles tiempo, energía y conocimientos como en el pasado.

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el año 2000, como resultado de un gran estudio de investigación publicó que, en México, la edad de retiro laboral está regida por disposiciones legales y por una variación según la ley que la regule, que oscila entre los 60 y 65 años. Ahora bien, es sabido que al llegar a estas edades hay quienes continúan trabajando ya sea porque así lo desean y siguiendo sentirse útiles o por necesidad económica y por falta de seguridad social en lo que respecta a jubilaciones y pensiones son los factores que obligan a los adultos mayores a seguir trabajando sin olvidar a una gran mayoría que lo hace en el sector informal ya que en las empresas es casi nulo que consigan trabajo.

De ahí que, muchos adultos mayores corren el riesgo de tener problemas de salud mental, esto no significa que los problemas de salud mental sean una parte normal del envejecimiento. Los estudios muestran que la mayoría de las personas mayores se sienten satisfechas con sus vidas, a pesar de que pueden tener más enfermedades o problemas físicos.

Entonces, un factor primordial en esta etapa de la vejez, es la salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social, que es determinante en la forma que se piensa, se actúa al enfrentar este cambio en la vida: con la salud mental se ayuda a cómo manejar el estrés, como continuar socializando con los demás y realizar una acertada toma de decisiones.

En otro orden de ideas, la mayoría de las investigaciones gerontológicas, no han profundizado en el análisis de esos aspectos que ayuden en mucho para comprender de manera adecuada a las personas mayores, la falta de reconocimiento de dichas actividades productivas sumerge a aquel en un problema, incluso de baja autoestima ya que socialmente se considera que el viejo ya no es de utilidad para el trabajo o la empresa.

En contraposición a lo anterior, reconocidos especialistas en este tema difieren de la equivocada asociación entre productividad y empleo remunerado y destacan la importancia de valorar las capacidades y contribuciones del adulto mayor a la sociedad, con un criterio más amplio que el de la productividad en términos estrictamente económicos.

Finalmente, es preciso reconocer la variabilidad y diversidad de intereses, características y experiencias del curso de la vida que influyen en la forma en que se envejece, mejorar la calidad de vida de las personas mayores, respetar sus derechos y el reconocimiento a sus contribuciones, son claves para que alcancen una vejez plena y digna.

*es rector general del Centro Universitario Uteg

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