Saltar al contenido

Visitante Silenciosa

Visitante Silenciosa
Compartir en:

¿Y quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado

Lo lees. Una imagen te lleva a otra imagen. Haces un pequeño apunte.
Buscas la punta ideal, el lápiz idóneo. Inicias. El café cae lento en el recipiente
idóneo, lo vacías en la taza idónea. Equilibrio.
Manejo exquisito del lenguaje, líneas apenas. La luna es una silueta, un
rasgo, universo llevado a la cualidad de lo bibliófilo. Poesía en tono lorquiano
siete veces siete.
(Las lunas, congeladas como paletas de nieve) Escribió Mario del Valle: “La
luna es la dama de la evocación y de la memoria. En ella reside la fuerza del
mar. Es también nostalgia y hielo”.
Cuando tenemos un libro, de esos bien llamados libros objeto, por su belleza
editorial, su buen gusto tipográfico, diseño de portada, presentación, no
podemos más que agradecer a todos quienes hicieron posible el ahora tenerlo
en la mano.
Dan ganas de estrechar al editor para decirle muchas cosas. Empezando por
aquello de lo artesanal. Te lo imaginas seleccionando un papel acorde a lo
próximo a escribirse.
Cuando escribes, haces apuntes. Cuando dibujas. El papel en blanco invita a
dialogar en silencio con la estructura. Más aún cuando escribes poesía, o
cuando dibujas en lo poético ¿Qué será todo esto para el editor?
Entonces dices: Simona Schaffer, Arturo Nava, Martha Obregón Lavín. Y te
lanzas a saber de su obra. Porque ellos forman parte de esa obra integral, de
ese libro objeto. Y te quedas en el repetir su nombre, una y otra vez como una
sonata acogedora.
Luego toca a quien escribe la presentación, el prólogo, el reconocimiento de
la obra, las notas a la obra en particular, y el lugar en la totalidad. Trabajo
académico pocas veces comprendido.
Y es que no podemos entrar al seguimiento de la obra con todo el rigor. Sin
este nos acercamos al lector impresionista, el de la primera impresión, el del
simple me gusta o no. El prologuista tiene su fuerte razón de ser. En ocasiones
permite ir más allá de la ocasión para ofrecer esa imagen la cual te llevará a la
otra imagen. Momento para reflexionar con un buen café; el del equilibrio.
Vienen los nombres: Paloma Mora, Paulina Rojas, Odette Alonso, Carlos
Illescas, Mario del Valle, Artemisa Téllez. Unos más sociológicos, otros más
poetas, otros, sencillamente catadores de esencias. Y viene nuevamente el
aroma.
Es en este aroma cuando nos viene la imagen, la luna lorquiana, la luna
inquieta a la música, la luna tan especial de Reyna Barrera, provocadora,
sensitiva, llamante a escribir estas líneas para Material del Olvido (1993)
Lunario (2000) Luna Zoológica (2010) ¿Habrá Sido Febrero? (2020)
La luna siempre presente en la obra de Reyna. Siempre ahí, constante, ley
motivo de cercanías y desencantos; pero siempre un canto a la evocación y la
memoria.
Serpiente vespertina, quimera/ ¿dónde está tu luna fija?; o bien, La luna
sacude sus plumas/ al viento oscuro de la noche. La luna siempre presente,
personaje, emblema. Presencia misma.
Reyna Barrera López nos lleva a la esencia de la poesía en los libros
artesanales, en los libros acompañantes de ese decir del universo.

Ahora tomo un lápiz y escribo…. Buscas la punta ideal, el lápiz idóneo.
Inicias.
Reyna ha roto la barrera de la línea.

👋
Suscríbete al boletín

buzón

Noticias Actualizadas por e-Mail

¡gracias por leernos!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *