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Nombres Instituciones

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¿Y Quién es Usted?
Por: José Ruíz Mercado

Los hay, esos nombres cuyo valor se vuelven institucionales, personalidades
plenas de carisma, cuya idea forja estructuras de cambio; así como personajes
a quienes les debemos su tiempo y dedicación.
Fechas claves para recordar su apostolado. Fechas cuyo valor significa
trascendencia, continuidad, revisión. Fechas, sí, las contenedoras de la historia
con sus personajes.
Y ahí estamos. Revisemos su ideario. Su trabajo. La educación como punto
de arranque y fin de la jornada. “Es la educación la que genera mejores
condiciones de justicia; educar evita la necesidad de castigar”
Primero la educación. Vio la necesidad de sostener en la más completa
independencia los jardines de niños, de la sistematización de la educación
artística, de un sistema de universidades en todas las regiones del país, de la
universidad para maestros, desayunos escolares, becas de excelencia, pero
sobre todo: “Enseñar a pensar, no a memorizar.”
Corren los años de 1881 cuando ve la necesidad de una Secretaría de
Educación Pública y Bellas Artes de México. Es hasta 1905, concretamente el
25 de abril cuando se inicia la Secretaría. El sueño de Justo Sierra Méndez.
Justo Sierra nació en Campeche un 26 de enero de 1848; fallece en Madrid
un 13 de septiembre de 1912. Discípulo de Ignacio Manuel Altamirano, publica
en la revista El Renacimiento (que este último dirige) El Ángel del Porvenir, una
novela de folletín, sin mayor gloria. Forma parte, junto con Gutiérrez Nájera,
Francisco Sosa y otros, de la Antología del Centenario.
Precisamente, en este enseñar a pensar, Justo Sierra ve la necesidad de
sistematizar toda la educación; cuestiona el idealismo para llegar a una ciencia
del conocimiento en donde esa enseñanza sea un razonamiento lógico.
A partir de este proceso, gracias al espacio ganado como Secretario de
Educación, y el periodo nacionalista por el cual pasa el país, retoma la idea de
una Universidad Nacional de México, la cual se funda el 26 de mayo;
posteriormente pasa a ser la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se dice de la amistad estrecha sostenida con Porfirio Díaz, una amistad
cercana, jamás zalamera, al contrario, una amistad fundamentada en el respeto
mutuo. Deja la Secretaría el 24 de marzo de 1911.
Una de las máximas de Justo Sierra, además de los temas educativos, es:
“México es un pueblo con hambre y sed. El hambre y la sed que tiene, no es de
pan, México tiene hambre y sed de justicia.”
A Justo Sierra se le conoce como el educador de América, precisamente por
su visión de las necesidades de libertad. La educación es el instrumento que
llevará a la paz y al progreso, porque un pueblo sin educación continuará en la
dependencia del poderoso.
Pueblo con una educación sistematizada, bajo un razonamiento lógico, una
abstracción sistémica de lo cotidiano, será un pueblo libre, por la única razón
de tener conciencia de sí mismo.
A más de cien años de su fallecimiento continuamos revisando nuestra
historia, su educación, y seguimos descubriendo la ausencia educativa. Al decir
de Sierra, la necesidad es la educación, no la enseñanza. Otro descubrimiento
lingüístico. No es enseñar, es educar. Los pedagogos entienden esto, los
verbos y su carga semántica.

Después de él vendría otro grande. Quien propuso la creación del Instituto
Nacional de Bellas Artes: Salvador Novo, uno de los más grandes intelectuales
del Siglo XX, o como lo diría Reyna Barrera López, la navaja de la inteligencia.
Así, entre el Siglo XIX, con la entrada del Positivismo, o como lo plantea
Leopoldo Zea, el Positivismo Mexicano, y las primicias de Freud y los marxistas
del XX.

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