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El poder está en nosotras

El poder está en nosotras
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SOCIEDAD Y OTROS DEMONIOS

Susana Aceves Ascencio*

A días de haberse celebrado el Día Internacional de la Mujer, fecha formalizada por las Naciones Unidas en el año 1975, y en sus propias palabras este día “se refiere a las mujeres corrientes como artífice de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre”.

El poder está en nosotras

Y pese a que, grupos de mujeres tergiversaron el objetivo de las marchas por el Día de la Mujer, convirtiéndolas en destrozos a bienes públicos y privados, creyendo que con violencia pueden encontrar respuestas y soluciones a los problemas que históricamente han aquejado a las mujeres, con tristeza puedo decir que, a los ojos de la mayoría de las personas que presenciaron en vivo y en las redes sociales estos acontecimientos, lo único que lograron fue la desaprobación de sus “actos vandálicos”, se lee duro y cruel, pero eso fueron. Violencia genera más violencia.

Pese a estos hechos, lamentables y tristes para muchas de nosotras, me da gusto decir que, hay otras mujeres que siguen luchando por los derechos de las mujeres, la equidad y la igualdad en todos los ámbitos.

Es por ello, que quiero hacer un pequeño reconocimiento a todas esas mujeres de a pie, incansables, fuertes, guerreras, invencibles que, a pesar de sus adversidades, siempre nos muestran la mejor versión de sí mismas. ¿Y quienes son ellas? Cualquier mujer que esté a tu alrededor y haga una diferencia en tu vida.

María es una mujer indígena que vive en algún lugar de la ciudad, casi siempre por las mañanas la veo caminar a mi paso a la oficina, con paso firme y con un canasto de flores en la cabeza. Lista para empezar el día.

Leticia, activista, luchadora incansable de los derechos humanos, a veces le llaman “mujer incómoda” porque habla sin tapujos y dice lo que otros se quedan callados por no perder sus “beneficios ganados”.

Angélica, mujer trabajadora, que desde muy joven tuvo una operación a corazón abierto y ha lidiado con otras complicaciones que le han detonado enfermedades crónicas. Esto no le ha impedido llevar una vida normal y ayudar a los más desprotegidos.

Soledad, ama de casa, forma parte de un grupo de señoras que cada semana llevan comida a los familiares de los enfermos del Hospital Civil de Guadalajara.

Mujeres anónimas, que nos inspiran con su incansable labor en el ámbito en el que se desempeñan, sin buscar la aprobación de otros, simplemente siendo ellas mismas y siguiendo su pasión en la vida. El éxito no depende de cuántos millones tengas en tu cuenta bancaria, ni cuantos miles de likes o seguidores tengas en tus redes sociales, sino de lo feliz que te haga lo que estás haciendo y viviendo.

Por nuestras mamás que nos entregan todo hasta el cansancio, que hacen lo mejor que pueden para hacernos excelentes seres humanos, por aquellas mujeres altruistas que solo buscan el bienestar de los demás sin esperar el reconocimiento público, por las que nunca tienen un no por respuesta, por quienes luchan con ellas mismas y los prejuicios sociales para ser libres de decisión.

Por las amigas que siempre están para nosotras y nos reciben con un abrazo y una sonrisa, para todas aquellas activistas que siempre buscan el bien común sin importar las consecuencias, y a todas aquellas mujeres que trabajan incansablemente para hacer de este mundo un lugar mejor.

También es momento de reconocernos a nosotras mismas, que somos seres imperfectos, que tenemos una historia de vida, que tenemos cualidades, así como también defectos y que, a partir de ello, podemos evolucionar y reconstruirnos todas las veces que sea necesario para ser la mejor versión de nosotras mismas. El poder está en nosotras.

Por supuesto, que es importante no olvidar la esencia del Día Internacional de la Mujer, que es lograr la igualdad de género y no lo podremos lograr sin antes alcanzar plenamente el empoderamiento de cada una de nosotras. Es un recordatorio a seguir trabajando todos los días en nosotras mismas y en el colectivo de mujeres que cada vez somos más en la lucha de alcanzar la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres.

Te invito a que hagas una reflexión y reconozcas a aquellas mujeres que han sido trascendentales en tu vida, que te han hecho mejor persona, te han ayudado a crecer, que han estado contigo en los peores momentos, aquellas que ya no están en vida y que se encuentran en tu corazón, mujeres de las cuales aprendiste y que por ellas eres lo que eres hoy.

Y a los hombres que están leyendo estas líneas, les reconozco y les admiro porque ustedes son pieza clave para este cambio, apoyarnos y entendernos es esencial para iniciar el cambio de conciencia hacia una cultura de inclusión y de equidad entre todas las personas.

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