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¿Se renovará MORENA?
Como imprescindible remembranza, traigo al presente aquel evento de 1988, que a muchos militantes del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) nos causó la llegada de un grupo de militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Hablaba, quién sería su dirigente, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano que, llamó a ese grupo que abandonaba al PRI: Corriente Democrática del PRI; el argumento que daban por su escisión, que no renuncia era que: “el PRI se había alejado de los principios que le dieron su origen en la Revolución mexicana”.
Sabido fue que, el gran enojo de Cuauhtémoc Cárdenas, era que, el postulado como candidato por el PRI a la Presidencia de la República de México, no había sido él, sino Carlos Salinas de Gortari, cuyo grupo político, encabezado por su padre, era más fuerte que el del suyo, el general Lázaro Cárdenas.
Los militantes tanto del PMT, como del Partido Comunista Mexicano (PCM) y otros grupos de izquierda que se habían unido y conformaron, con mucho esfuerzo, trabajo y firmes convicciones, el Partido Mexicano Socialista (PMS), que postuló a Heberto Castillo como su candidato a la Presidencia de la República de México, como castillo de naipes se derrumbó, cuando, tras esa fuga de los priistas Castillo informa, seguramente tras acuerdos de la cúpula del PMS que, cedería su candidatura en favor de Cárdenas.
Múltiples fueron las manifestaciones de inconformidad ante esa decisión sin consultarlo con la militancia, quien, con firmeza, inconformidad y enojo, como una premonición dijimos: “hasta aquí llegó la izquierda en México, pues los priistas vienen cargados de sus mañas por décadas practicadas, con una corrupción que la traen tatuada en mente y cuerpo, además de un desprecio hacia quienes por años hemos luchado contra ese autoritarismo, represión y desigualdad en nuestra sociedad”.
Y no hubo equivocación en ese rechazo manifiesto ni en lo que se afirmaba, pues lo primero que hicieron los recién llegados priistas fue cambiar el nombre del PMS por el de, Frente Democrático Nacional (FDN); no ocultaban su rechazo al término “socialista”.
Fue Cárdenas Solorzano el candidato del FDN gracias a que Heberto Castillo le cedió su candidatura ese 1988; perdió la elección ante el invencible PRI en 3 contiendas electorales posteriores, lo mismo que, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien, como miembro de ese grupo de priistas, contendiera ya, bajo las siglas del FD en Tabasco por la gubernatura y, posteriormente bajo las siglas de PRD, en ambas no alcanzó llegar a la gubernatura,
Para 1989 se rebautizó al FDN con el nombre de: Partido de la Revolución Democrática (PRD) y un 17 de abril de 1996, AMLO estaría contendiendo por la presidencia del PRD contra uno de los mayores impulsores, primero del PMT y posteriormente del PMS, del FDN y del mismo PRD; eran ya tantos a los priistas a los que se les abrió la puerta al PRD, que AMLO con el voto de sus ex correligionarios venció a Heberto Castillo, quedando como presidente de ese reducto de organización de izquierda.
Pudo más la corrupción de los contaminadores del PRI que la convicción de las pocas personas de izquierda que habían decidido permanecer en el PRD que, a la fecha de hoy, ha perdido su registro y por lo tanto los miles de millones de prerrogativas de que gozaba. Lo dicho, el dinero echa a perder y en arca abierta el honesto se corrompe.
AMLO, tras varias peripecias políticas desde que ocupó la presidencia del PRD y posteriormente la Jefatura del Distrito Federal encamino sus esfuerzos a formar la organización ciudadana a la que bautizó: Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), algo parecido aquello de, “ Renovación Moral” de Miguel de la Madrid, solo que MORENA fue formada por miles y miles de mexicanos a lo largo y ancho del país, movidos por la indignación e impotencia ante la corrupción y una violencia indetenible que estaba cobrando miles de vidas en asesinatos y desaparecidos además, por ese ingenuo sentimiento de esperar que llegaría un super hombre a arreglar todo esta suciedad esparcida por todo México.
Para el mes de octubre de 2011, MORENA era una organización consolidada en la que prevalecía, una adecuada organización, unión fraterna; se sentía la fuerza de esta nueva organización, misma que obtendría su registro como Partido político un 9 de julio de 2014 y que a base de mucho trabajo pudimos lograr el triunfo y llevar a AMLO a la presidencia.
Podríamos decir que, ignoramos el motivo de aquella frase de nuestro líder : “aquí en MORENA, están abierta las puertas para todos”; más tardó en decirlas en que nos viéramos inundados de priistas, panistas, petistas, aliancistas, verde ecologistas, con su signo distintivo de corruptos y oportunistas marcados en la frente, ocupando los principales y estratégicos puestos a lo largo y ancho de nuestro país, con la complacencia de un espurio líder como presidente, Mario Delgado Carrillo y una endeble secretaria general, Citlalli Hernández Mora.
Enterarnos que, varias diputaciones y senadurías plurinominales las ocuparían personas de la peor ralea de los peores partidos a invitación expresa de nuestro presidente AMLO y otros mediante unas supuestas “encuestas” desconocidas por la gran mayoría de los militantes de MORENA, el ignorar los reclamos, los señalamientos, peticiones y exigencias, tanto a los dirigentes de MORENA, como al mismo presidente AMLO y hoy, a quien ocupará la presidencia, Claudia Sheinbaum, y a los mexicanos nos inducen bajo una orden soterrada a un, “prudente silencio”, simplemente es empedrar el camino para una historia ya vista en el : PMS; FDN y PRD.
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