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Roque Albin Huerta
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Generalidades

José Roque Albín Huerta

Roque Albin Huerta

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La drogadicción es un trastorno complejo que puede involucrar casi todos los aspectos del desempeño de una persona: en la familia, en el trabajo, en la escuela y en la sociedad. Debido a la complejidad y consecuencias de la adicción, su tratamiento se integra por diversos componentes, por ejemplo, la convivencia familiar, intervención psicológica, psiquiátrica, capacitación laboral, están dirigidos a reintegrar o reinsertar a la persona adicta para que se convierta en un miembro productivo de la familia y de la sociedad.

Hace unos días un medio de comunicación impreso da la noticia que la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los Estados Unidos de Norteamérica, pone bajo la lupa a todos los carteles de la droga en México ya que estos (carteles) son los culpables de la drogadicción que existe en la población norteamericana.

Desde luego que este problema de salud no es franquicia, es el resultado del productor y del consumidor, más bien, lo que aquella Agencia debe revisar los programas de apoyo que se da a la población consumidora para prevenir, erradicar o en su caso, tratar esta adicción.

Está documentado que, en los Estados Unidos de norte américa, hay más de 13,000 instituciones especializadas en el tratamiento de drogas que ofrecen rehabilitación, terapia de la conducta, medicamentos, manejo de casos y otros tipos de servicios a personas con trastornos por uso de sustancias.

Se dice que la gente consume drogas porque quiere cambiar algo acerca de su vida, expresando que así pueden evadir una realidad, para adaptarse al ambiente, para experimentar, para sentirse mayor de edad, para rebelarse en contra de todo, por coraje en contra del medio familiar en el que se desenvuelve, en fin, piensan que las drogas son una solución, pero al final las drogas se convierten en el problema.

En el tratamiento del abuso y la adicción a las drogas, se efectúa en distintos ambientes de carácter conductuales, interviniendo profesionales de la salud como trabajadoras sociales, enfermeras, psicólogos, terapeutas, médicos, etc. cuyos tratamientos pueden ser en sus consultorios particulares o clínicas de salud mental ya públicas o privadas, con programas específicos de los tres niveles de gobierno, apoyados también por organismos no gubernamentales o instituciones dedicadas a este problema de salud, como los Consejos Estatales contra las Adicciones, los Centros de Integración Juvenil.

Finalmente, si los países que enfrentan esta problemática tienen programas asistenciales, entonces encontremos la falla y coadyuvemos con las instituciones sin importar que sean de aquel o este país y no se pretenda señalar a uno por la incapacidad de otro.

Amigo lector, gracias por leer mi aportación y sus comentarios que mucho enriquecen mi acervo cultural y me motiva para seguir aportando temas de interés general.

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