¿Y Quién es Usted?
José Ruíz Mercado
Hagamos cuentas. Un chavo de quince años camina rumbo a otro estado para realizar su anhelo. Digamos, nace en 1949, en un barrio de San Luis Potosí, la aventura cuenta, y cuenta bien.
Ernesto Pruneda, mítico discípulo de Seki Sano, hermano de Consuelo Pruneda, como quién dice, integrante de una familia teatral en Guadalajara; fue su maestro de actuación de 1964 a 1967. Así se gastaba las vacaciones escolares Fernando Betancourt Robles.
1967, el año de la fundación del grupo teatro Experimental Independiente. En 1971 cambia el nombre por Asociación de Ideas, ya se veía venir la estructura de lo colectivo. En 1974 nace Zopilote. La historia inicia.
Zopilote es un grupo con toda una historia en el teatro popular mexicano, Fernando Betancourt una institución. Desde el surgimiento en el setenta y cuatro ha mantenido un estilo, con obras cuyo lineamiento son dignas de estudio.
En 1979 edita la revista Cuadernos Para los Trabajadores del Teatro, revista emblemática para la historia nacional, publicada en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
La metodología del grupo, a partir de la creación colectiva. Se da a partir del proceso de las capacidades individuales, jamás como exigencia del hacer por todos los miembros del grupo.
Los pasos por seguir son: Selección del asunto a tratar. Investigación bibliográfica, discusiones, conferencias. Estructuración teórica de la obra. Improvisaciones en el escenario. Selección de escenas. Construcción práctica de la obra. Elaboración del texto en base a todo lo anterior. Versión final de la obra.
En 1984 participa en el VIII Festival Nacional de Teatro en Guadalajara, presenta Luchas, tanto en el Teatro Experimental de Jalisco, como en el Zonal, un espacio situado en pleno centro de la Ciudad, con librería, foro, cafetería.
La reacción ciudadana. La unión ante las deficiencias del Estado llevó, a un grupo de personalidades de la cultura, en 1985, a organizarse. Así nace la Unión de Vecinos y Damnificados 19 de septiembre (UVyD 19 de septiembre) Por supuesto, ahí estaba el grupo Zopilote, ahí estaba Fernando Betancourt.
Varias obras son significativas del grupo Zopilote. El Gran Circo de los Hermanos Gandalla es una de ellas. En un juego de lenguaje (escénico y discursivo) con un alto nivel irónico. Risa, diversión, la estructura toda en la fundamentación, no sólo actoral, sino en el conocimiento de todo el montaje. Los actores saben, reconocen lo por ellos dicho.
Esto los ha permitido continuar. El trabajo en equipo les provoca ese sentimiento de pertenencia. Son parte de un todo armónico. Llevan hasta lo último ese espíritu de la escena. Lo colectivo.
Ignacio Betancourt lleva las líneas de un texto, de la construcción del personaje, es, digámoslo, el literato del grupo. Con la frescura malabárica de la grandeza del lenguaje popular.
El trabajo colectivo no es el populismo de pensar en la participación por igual de todos, sino la de generar un lenguaje a partir, como ya lo dije, de la participación individual de los miembros del grupo. El respeto al trabajo a favor de una producto final como un todo.
Fernando Betancourt cumple cincuenta y cinco años de actividad. Cincuenta y cinco de atravesar el país y algunas ciudades del extranjero. De hablar de la masacre del 68, de las falacias en la historia oficial mexicana, de reírse de actos y propuestas, de entrar al mundo de la teoría en una revista que habla del trabajador de la escena.
El pasado 31 de julio, en la revista Proceso Estela Leñero escribió un sentido artículo homenaje a la trayectoria de Fernando Betancourt, en donde confirma la pasión y entrega de este personaje de la escena, de este solidario individuo creativo del hacer histriónico.
Hagamos cuentas. Un chavo de quince años camina su destino en 1964. Nació el once de noviembre de 1949. Allá, por el barrio de San Sebastián.
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