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A dios rogando y con el mazo dando

Patricia Alvarado Defensora de Derechos Humanos
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Patricia Alvarado

Patricia Alvarado Defensora de Derechos Humanos

A dios rogando y con el mazo dando

Guadalajara Jalisco. Las estadísticas de las personas desaparecidas, las que son asesinadas y las víctimas de la violencia son incontables porque existe una lista negra de los crímenes que no se denuncian. 

    A raíz de los últimos acontecimientos y el asesinato de los sacerdotes y guía de turistas en el estado de Chihuahua, la iglesia católica se ha levantado para exigir que haya garantía en la seguridad de las personas.

     El domingo que entra comenzará una cruzada por la paz donde se oficiarán misas, procesiones y oraciones por las victimas de la violencia, por las personas desaparecidas y aún por los victimarios y sus familias.

    Es una declaración de paz y no de guerra lo que a partir del domingo se podrá mostrar y constatar, distintas voces católicas se oirán y se escucharán, en un intento porque el gobierno federal cambie su estrategia de seguridad.

     Dice un refrán que a Dios rogando y con el mazo dando, esto es hacer lo que cada uno desde su estrado le corresponda para lograr lo que se pretende: la paz.

     La negligencia que se observa de las autoridades para combatir el crimen organizado es francamente para levantar las voces y unirlas en un solo clamor: Justicia y Paz.

     El crimen no discrimina, arrasa a todas las personas por igual, y la capacidad del gobierno para controlar la violencia es nula.

     Decía el psiquiatra Viktor Frankl sobreviviente del holocausto que cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, el desafío es cambiarnos a nosotros mismos, esto es así, desde siempre el cambio empieza por la persona, el tema de la paz social es reconocer nuestra corresponsabilidad en las acciones del día a día, identificar nuestra reacción a la realidad violenta y como enfrentar estas reacciones para propiciar convivencia pacífica.

     En México cualquiera puede ser vulnerado, nadie esta exento de no vivir un hecho de violencia, según cifras oficiales alrededor de 100 personas son asesinadas al día, esto es un semáforo rojo para actuar en consecuencia.

     Hay que despojarse del miedo a la violencia, y eso no es ser valientes, sino enfrentar una realidad con acciones concretas para parar esta enfermedad endémica social, y porque no empezar esta cruzada que, si bien algunas personas pudieran pensar que no serviría de nada, hay que recordar que el primer paso se da desde entornos insospechados.

     La unidad hace que un grupo, colectividad, pueblo, comunidad, país sea capaz de cambiar el rumbo de la violencia por la paz.

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