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gloria patricia aceves
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Espacio ecléctico

Gloria Patricia Aceves Ramos

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Duele la calle

En las calles de la Zona Metropolitana de Guadalajara, deambulan, duermen, viven, se reproducen cientos de perros, de las más diversas razas, contextos e historias de vida, ya sea que hayan nacido en la calle, que se encuentren extraviados, que deliberadamente “sus dueños” los hayan abandonado. 

La situación de los perros en la calle aumenta, ante la insensibilidad de ciudadanos que transitan por la ciudad, que ya se han acostumbrado a ver perros sin casa como parte del paisaje urbano. Ya sea que los ignoren, los ataquen, o quizás alguien les de un poco de comida, siguen y seguirán estos pobres perros sufriendo el abandono, y la insensibilidad social. 

 De pronto los vemos vulnerables por el hambre, con la necesidad de resguardarse, o quizás intentando cruzar una congestionada avenida, y es parte del panorama, ver perros destrozados al querer pasar la calle y toparse con algún conductor que los atropella, y queda ahí el cadáver expuesto de ese pobrecillo, que lo único que buscaba era un refugio y alimento, ni quien se inmute por ello, finalmente – Era sólo un perro-

¿Pero qué dicen las leyes de Jalisco al respecto?  ¿Se sanciona el maltrato animal?  ¿De qué manera?  Tenemos que existe Ley de Protección y Cuidado a los Animales del Estado de Jalisco.

  En donde se establecen programas de educación y /o difusión sobre protección, y en contra del maltrato animal.

El problema, es que esta ley, no define qué es maltrato, como tampoco qué es el bienestar animal.

Y no sabemos cuáles acciones se llevan a cabo para evitar el que tantos  perros  vivan  en la  calle,  y con esto no  deseo  decir,  que se  debe  de encargar “La perrera”  de levantar a cuanto perro encuentre  y llevarlos a una muerte segura, en sus instalaciones en donde hacinan a cientos de perros, que tuvieron el infortunio de toparse con estos “servidores públicos” y acabar siendo asesinados de las formas más crueles de imaginar.

Las leyes contemplan acciones específicas de maltrato, como golpes, mutilaciones, tráfico y asesinato de las diversas especies animales. ¿Pero quién sanciona al que tira, al que ignora, al que baja de su auto a un canino, acelera, y deja que el pobre corra tras el vehículo?

¿Por qué no crear una legislación mucho más estricta y específica?

¿Me pregunto, porque los legisladores, no tienen un poco de conciencia social, sensibilidad, así como objetividad y perspectiva hacia el futuro respecto de este tema? Creo que cada uno de nosotros tenemos algo de responsabilidad frente a esta problemática, que no es la cantidad de perros como tal, si no; es la descomposición social a la que estamos llegando al no reconocer, salvaguardar y cohabitar con la fauna urbana.

¿Por qué no la población en general y sin necesidad de pertenecer a colectivos, toma acciones y ve por el bienestar de los perros sin techo que deambulan por su lugar de residencia?

A ti que lees, te pido que te imagines estar todo un día en la calle, sin alimento, sin agua, sin un lugar para llegar, hostigado por la  gente, expuesto al sol, a la  lluvia, al  frío, con la insensibilidad de las personas que te ven como si no existieras, y suma a todo ello, el que no te puedas comunicar verbalmente.

¿Complicado no? Ahora multiplícalos por diez, por mil, por un millón de seres de 4 patitas que viven así. ¿Qué sentirías? La calle duele, el maltrato, el hambre, pero más duele la injusticia. Ojalá el gobierno y la sociedad civil puedan acallar el dolor de la calle de tantos perritos que sólo son víctimas de la indolencia humana. Cuenten con una servidora para acciones en contra de esta situación. Gracias por leerme.

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